CONTRAPESOS EN GUAGUAS.

"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"

16 de septiembre de 2008
Contrapesos en Guaguas
Por Eusebio Bautista Vizcaíno

En mi último artículo empezaba diciendo que “se estaba hablando y escribiendo mucho de Guaguas, y en general casi todo malo”. Y así era hasta principios de agosto, pero últimamente, han salido voces, personas e instituciones que están aportando verdaderas soluciones al problema de la empresa.

Nobleza obliga a destacar la actuación del Cabildo de Gran Canaria y de su Autoridad Única del Transporte (A.U.T.), sin los cuales no habrían cobrado los trabajadores de Guaguas el mes de agosto, aunque fuera el 9 de septiembre. Y eso que ni el Cabildo de Gran Canaria ni la A.U.T. son accionistas de Guaguas Municipales.

Esta actuación, que salvó in extremis la incapacidad y falta de gestión del Ayuntamiento, propietario y único accionista de Guaguas Municipales, me permite pensar en voz alta sobre el futuro de la empresa.

Este futuro debe comenzar por un acuerdo entre Ayuntamiento, Cabildo de Gran Canaria y Gobierno de Canarias, que sirva para inyectar el dinero suficiente a Guaguas y acabar con la deuda atrasada (33,6 meuros).

Una vez dado este primer, imprescindible e importante paso, hay algunos “si” condicionales que habría que cumplir, necesarios para conseguir las Guaguas Municipales que todos los ciudadanos deseamos

Si Guaguas pone en marcha las medidas que se indican en el documento “Estrategias y propuestas de viabilidad...” de mayo de 2008. Si el Ayuntamiento se pone las pilas y crea los carriles bus que se necesitan para ganar en velocidad. Si la A.U.T. negocia con el Gobierno de Canarias y este con el Gobierno Central los “contratos programa”, para que se tenga en cuenta no solo el kilometraje sino el número de pasajeros. Si se compensa a Guaguas por los pasajeros que disponen de “bonificación” (mayores, estudiantes, familias numerosas, etc.), de manera que la empresa no sea la hermana de la caridad que es hoy.

Además de estos cuatro “si” condicionales, hay otra condición necesaria para que Guaguas Municipales no sufra los avatares económicos y políticos del Ayuntamiento, y es dar entrada en su capital social a otra institución. ¿Y que mejor institución que el Cabildo de Gran Canaria?

El Cabildo es el Gobierno de la isla y, en temas de transporte terrestre, es a su vez la institución competente, a través de la Autoridad Única de Transporte. Tiene su lógica que además de dirigir y coordinar el transporte insular, participe en el capital de la única empresa pública de transporte de Gran Canaria.

Por otra parte, parece lógico que el Cabildo, que quiere impulsar el transporte guiado (tranvía o ferrocarril) se asegure que el transporte público actual sea lo suficientemente sólido, como para soportar al futuro competidor, y no desvestir a un santo para vestir a otro.

Otra institución en el accionariado de Guaguas Municipales, como es el Cabildo de Gran Canaria, serviría de contrapeso al Ayuntamiento y vigilaría los posibles desmanes – por acción u omisión – que es capaz de cometer éste.

Pero hay una razón, ajena a Guaguas y al Ayuntamiento, que no por ser la última es menos importante. Y es el “modelo Cabildo de Tenerife”. Los grancanarios miramos con el rabillo del ojo al Cabildo de Tenerife. Su dinamismo, sus presupuestos, su gestión, son siempre objeto de envidia por nuestra parte.

El Cabildo de Tenerife es el propietario de los Casinos de la isla (el Cabildo de Gran Canaria no quiso optar a los de Gran Canaria). El Cabildo de Tenerife es dueño de un complejo Hospitalario que contrata con el Gobierno de Canarias (el Cabildo de Gran Canaria cedió el Hospital Insular, a la primera oportunidad). El Cabildo de Tenerife acaba de quedarse con la empresa pública de transporte TITSA, que el Gobierno de Canarias, anterior propietario, dejó “niquelada” antes de “regalársela”. ¿Copiamos el modelo?

No se si vale la pena copiar o innovar y hacer una empresa mixta Ayuntamiento-Cabildo, pero lo que es evidente es que en Santa Cruz capital, las guaguas no le cuestan a la ciudad los 15 millones de euros que, un año con otro, nos cuestan a los que vivimos en Las Palmas de Gran Canaria.