07/09/2008 Actualizada el 07/09 a las 21:53
Teror
80.000 romeros a los pies del Pino.
Carolina Pérez Teror
La participación en la romería ofrenda a la patrona de la Diócesis de Canarias desbordó ayer todas las previsiones. Más de 80.000 personas se ataviaron con su traje típico, soportando el intenso calor de la tarde, para rendir homenaje y pleitesía a la Virgen del Pino en la villa de Teror.
Devoción, promesa y diversión se dieron ayer la mano en Teror. Desde horas muy tempranas los romeros comenzaban a preparar sus carretas para la peregrinación desde el Castañero Gordo hasta la Basílica de Nuestra Señora del Pino, a la espera de poder depositar a los pies de la santa centenares de kilos de verduras, frutas, chorizos y dulces, así ramos de flores, pescado, gallinas, cochinos, huevos y cabras.
El repicar de las campanas de la iglesia, a las 16.30 horas, puso en aviso a todos los romeros. Nuestra Señora del Pino hacía su aparición a las puertas de la Basílica, gloriosa con su nuevo manto rojo con bordados dorados, en su camarín de plata, sosteniendo al niño Jesús en su brazo izquierdo y mirando, desde lo alto de la escalinata, como unas 80.000 personas se acercaban para darle sus ofrendas, cantarle y bailarle, después de que una gran multitud llenara de aplausos la plaza al verla y gritara, con mucha fe: «¡viva la Virgen del Pino!.
Isas, seguidillas, folías, malagueñas, voces, guitarras, timples, bandurrias... cualquier cantar e instrumento sirvió ayer para rendir homenaje a la patrona de la isla de Gran Canaria.
Pequeños y mayores disfrutaron y participaron de la fiesta, refrescándose con agua, cerveza y ron y comiendo huevos duros, pescado asado, bollos, queso, pan y chorizo de la villa. Tal y como lo hizo Isabel, una chica de 16 años, que acompañaba la carreta de Santa Lucía de Tirajana, ayudando a tirar de las yuntas, o Aitor, de nueve, que llevaba un gallo en la mano y formaba parte de la comitiva de Arucas.
Como cada año, Mogán sorprendió por la gran cantidad de fruta tropical que ofrendó a la Virgen. También por su barquillo con picúo, que este año pesaba 300 kilos. Los moganeros dejaron a los pies de la patrona cangrejos vivos, varios pulpos, granadas, guayabos, mangos, chirimoyas y plátanos.
Tampoco faltaron a la cita los componentes del grupo Sabinosa. Procedentes de El Hierro y siempre incansables, saltaron y bailaron con sus castañuelas y tambores por todo el recorrido, acompañados, como siempre, por Matilde Álamo, que este año acudió a su cita con el Pino rodeada de su nieto, bisnieta e hijas.
Impresionante también la participación multitudinaria del municipio de Telde. Un millar de vecinos llegó con sus tallas en la cabeza y jolgorio hasta las puertas de la Basílica, rodeando su carreta, que recordaba el 40 aniversario de la Traída del Agua.
Peor suerte corrió la de Artenara, que perdió su puesto porque una de sus yuntas «se caía cada dos por tres».
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