domingo, 8 de abril de 2012
"Uno de cada tres trabajadores en el mundo está en el paro".
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
CANARIAS SEMANAL
Tanto en la Unión Europea (UE) como en la zona del euro, el desempleo crece. Poco más de 24 millones 325 mil personas recibieron el nuevo año sin trabajo, de las cuales 16 millones 925 mil se localizan en los países de la unión monetaria. Transcurridos solo tres meses del 2012 las cifras de desocupación son aún mayores, particularmente en España.
Cada día el mundo en que habitamos suma una nueva y casi siempre injustificada tragedia. A los problemas derivados de las guerras, los desastres naturales resultantes del deterioro atmosférico, el encarecimiento de los alimentos y el hambre, se suma de manera incontrolable el aumento del desempleo.
El 2012 abrió sus puertas con la desalentadora cifra de 200 millones de desocupados. Uno de cada tres trabajadores en el mundo no encuentra donde ganarse el sustento o vive en la pobreza.
Cálculos conservadores anticipan que durante la próxima década serán necesarios más de 400 millones de nuevos empleos para absorber el crecimiento anual de la fuerza laboral, estimado en 40 millones por año.
La humanidad enfrenta así el desafío impostergable de disponer de 600 millones de ocupaciones productivas antes del 2022, sin contar que existe también la necesidad adicional de crear puestos de labor dignos para los aproximadamente 900 millones de trabajadores que viven con sus familias por debajo de la línea de la pobreza, la mayoría de ellos en países en desarrollo.
Pero resulta contradictorio que no obstante esta desfavorable realidad del empleo a escala global, este disminuye precisamente en las naciones o bloques de países que debieran marchar a la cabeza de la solución del problema, dado su potencial de riqueza.
Tanto en la Unión Europea (UE) como en la zona del euro, el desempleo crece. Poco más de 24 millones 325 mil personas recibieron el nuevo año sin trabajo, de las cuales 16 millones 925 mil se localizan en los países de la unión monetaria.
La nación más afectada sigue siendo España, con una tasa de 22,9 % al concluir marzo, que deja así un saldo de 4,75 millones de hombres y mujeres sin opción de empleo inscritos para trabajar, 10 % más con respecto al año anterior.
Los organismos estadísticos reflejan igualmente una alarmante tendencia al aumento del paro entre los jóvenes españoles. En febrero de 2011 éste afectaba a 44,4% de ellos; un año después, se ha incrementado en un 0,9% y alcanza ya al 50,5%.
En segundo y tercer lugares de la lista de líderes de la desocupación se encuentran Grecia, Irlanda y Portugal, sometidas a duros programas de reformas y austeridad por los rescates financieros otorgados por la UE.
En Grecia el último dato disponible, relativo a noviembre, muestra que el paro afectaba a19, 9 % de la población, frente al 14,1 % de un año antes, la mayor alza en toda la mancomunidad.
Irlanda y Portugal registraron, ambos, un desempleo del 14,8 % en el primer mes del año en curso, luego de unas tasas del 14,4 y del 12,3 %, respectivamente, 12 meses antes, mientras que en Alemania, la primera economía de la UE, el paro subió por primera vez en los últimos cinco meses y se situó en 5,8 %, una décima más que en diciembre del 2011, pero todavía por debajo del 6,5 % observado un año antes.
Francia se mantuvo en la senda de aumentos de una décima iniciada hace dos meses y alcanzó el 10 %, frente al 9,6 % en enero del 2011.
Contrario a las realidades del Viejo Continente, un ciclo de crecimiento económico positivo en América Latina y el Caribe a partir del 2003, cuando la región cuantificaba el 13 % de desocupados, permitió una baja ininterrumpida de la tasa regional en este lapso, hasta reducirla al 7,3 % en el 2008, con solo un repunte al crecimiento en el 2009, que fue revertido durante el año siguiente y continuó el descenso en el 2011 hasta situarse en el presente en el7,1 %, todavía alta, aunque muy por debajo del índice europeo.
Ante la dramática realidad del empleo, que en las naciones del Viejo Continente cobra tintes cada vez más dramáticos, analistas advierten que con las actuales políticas, como ocurre con la reforma laboral en España, será muy difícil una recuperación sostenible.
En tal sentido el director general de la Organización Internacional del Trabajo, Juan Somavia, ha expresado: “La recuperación de la crisis dependerá, en última instancia, de la efectividad de las medidas políticas. Y las medidas políticas son efectivas solo cuando surten un efecto positivo en la vida de la gente”.
Pero tal parece que a los principales culpables del desastre en el ámbito laboral interesa muy poco la espiral indetenible de la desocupación. La secretaria de Estado de Empleo,Engracia Hidalgo, acaba de reconocer que España sigue enfrentándose a “una situación insatisfactoria”, pero defendió el nuevo marco legislativo.
“La reforma crea ese marco para que las empresas puedan adaptarse sin trabas indebidas a la realidad de su entorno”, dijo Hidalgo. “Hay un amplio conjunto de instrumentos de flexibilidad y adaptación, alternativos al despido, que le permiten reaccionar de manera adecuada a los cambios a los que se enfrenta”.
Pero lo que no dijo esta representante del Estado con más personas desocupadas en el mundo es cómo van a reaccionar ante los desmanes de los patronos los nuevos desempleados. ¿Se quedarán acaso tranquilos aguardando un nuevo invierno con la despensa vacía?
Etiquetas:
CRISIS ECONÓMICA,
DESEMPLEO
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