viernes, 6 de mayo de 2011
Merkel ha logrado incluir en el Pacto del Euro que los sueldos no suban cuando aumenta la inflación. - “Desatar los sueldos de la inflación implica que la clase trabajadora pague los aumentos en el precio de la vida para que los capitalistas puedan incrementar sus beneficios”.
CANARIAS SEMANAL
Angela Merkel lo ha conseguido. La cancillera alemana ha logrado incluir en el Pacto del Euro que los sueldos no suban cuando aumenta la inflación. En su lugar, ha propuesto vincular los salarios a la productividad y eliminar la cláusula de garantía salarial, el mecanismo que permitía revisar los sueldos en función del IPC. Desde entonces, muchos analistas e instituciones, como el Banco de España o Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) y sus 100 economistas neoliberales, han afirmado que el alto nivel de salarios que hay en el Estado español impide la recuperación económica y han puesto como ejemplo el crecimiento económico alemán, que ha conseguido salir de la crisis con un crecimiento de hasta más del 2% del PIB.
Sin embargo, estas afirmaciones que se han hecho en los medios de comunicación no son más que falacias de los principales bancos y empresas del estado para obtener más beneficios.
En primer lugar, los niveles salariales se negocian entre los sindicatos mayoritarios y la patronal teniendo en cuenta factores como la productividad y el IPC. Es decir, la productividad ya se tiene en cuenta. En los últimos años, los acuerdos entre sindicatos y patronal han ido siempre en una línea de contención salarial que ha situado los sueldos por debajo del incremento de la inflación. Ha sido gracias a las cláusulas de garantía salarial, allí donde hay convenios que lo incluyan, que el valor de los sueldos no ha bajado con el aumento del IPC.
En segundo lugar, el crecimiento económico alemán se ha producido sobre todo por la demanda de países exportadores como China o la India. La influencia de los salarios en estas exportaciones es mínima, de un 0,3% según la Comisión Europea. Lo que sí ha conseguido la moderación salarial en Alemania ha sido aumentar los beneficios de las grandes empresas exportadoras en más de un 7% en los últimos años.
En tercer lugar, la regulación por ley de la vinculación de salarios y productividad significaría un ataque muy importante a la negociación colectiva de los convenios sectoriales, desposeyéndola de un capítulo central y trasladándolo al nivel de las empresas, donde el poder de los trabajadores es muy desigual.
En cuarto lugar, es falso que el nivel salarial sea demasiado alto. En 2008, el sueldo medio del Estado español se encontraba entre los más bajos de la UE del euro, el sexto por la cola. Desde entonces, la tendencia no ha hecho más que consolidarse, ya que, por ejemplo, en los últimos dos trimestres acumula un descenso del 0,6%. En realidad, más que ligar los sueldos a la productividad, lo que se pretende con esta reforma es acabar con las cláusulas que garantizan el poder adquisitivo de las y los trabajadores ante los embates de la inflación.
En toda la primera década de los 2000, mientras la inflación crecía a una media del 3%, el valor real medio de los salarios ha sido el mismo gracias a estas cláusulas. Por su parte, la productividad crecía a ritmos de más del 1%. Esto ha conseguido, al igual que en Alemania o EEUU, que los beneficios se acumularan en los más ricos, mientras los ingresos de la clase trabajadora se congelaban o se reducían.
Y finalmente, tenemos que tener en cuenta que en general el empresario tiene que pagar tres componentes: la materia primera, la maquinaria, y los y las trabajadoras. Las subidas en el precio de la materia primera, de la maquinaria y de los productos necesarios para que los asalariados vivan y puedan trabajar forman parte de la inflación que el empresario paga conforme la competencia. Por estos factores crece y sus precios aumentan. Por esto, desatar los sueldos de la inflación significaría que la clase trabajadora pagaría los aumentos en el precio de la vida para que los capitalistas pudieran aumentar sus beneficios.
(*) Lluís Zhu es militante de En lluita / En lucha
Etiquetas:
CRISIS ECONÓMICA,
EUROZONA,
GOBIERNO DE ESPAÑA
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