jueves, 12 de mayo de 2011
El diario La Provincia asoma su Inveterada patita anticomunista. - Una nueva generación de plumillas de escaso seso y con muchas ansias de trepar le arrebatan la antorcha al vetusto Ángel Tristán Pimienta
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
CANARIAS SEMANAL
“Tú lo que pasa es que estás acostumbrado al leer el Le Monde Diplomatique y el New York Times” - me espetaron mis amiguetes, provocándome cierto complejo de repelente niño Vicente, la última vez que entre copas y pinchitos se me ocurrió quejarme por el horrendo nivel de la mayor parte de la prensa escrita del Archipiélago- . Pero es que este panorama isleño, cristiano, por más querencia que se tenga por “lo nuestro”, no hay por dónde mirarlo sin que provoque espanto.
En Gran Canaria, sin ir más lejos, compiten cada día en un espectáculo lamentable los escribidores insustanciales de dos diarios, el Canarias 7 y La Provincia, con los que es un milagro que alguien llegue a aficionarse a la noticia. El primer panfletillo lo despacho habitualmente en menos de lo que canta un gallo y antes de mi primer café matutino. Para poquito más dan, la verdad, sus titulares amarillos, sus grandes fotos a todo color o los soporíferos editoriales de su insulso y troglodítico director Francisco Suárez Álamo. Pero tampoco La Provincia le deja a uno el cuerpo precisamente como para tirar cohetes. A los cachanchanes de toda la vida de este periódico, como su deslucido ex director Ángel Tristán Pimienta, les están sucediendo ahora una nueva camada de plumillas de escaso seso, pero con visible predisposición a trepar por esa atalayita pisándole el cogote a quien se les ponga por delante.
No diré yo, Dios me libre, que no cuente también esta publicación con decentes profesionales que tratan de hacer dignamente su trabajo en medio de tanto lodazal. Pero éstos parecen quedar siempre a la sombra, mientras personajes como ese tal Pedro Guerra, - que según cuentan algunos que lo conocieron en sus tiempos mozos fue siempre tan chuleta e insustancial como lo es hoy en sus crónicas y comentarios - se destacan por su disposición al peloteo con los de arriba o a encabezar campañas de criminalización de sindicalistas canarios. No es éste aguerrido mozalbete, con todo, el único que nos regala perlas de subacuático nivel desde las páginas del periódico de Prensa Ibérica. El pasado miércoles, sin ir más lejos, yo - que a mi provecta edad me creía curado de espanto- casi me atraganto con una galletita como el mismísimo George Bush al leer, en el "diario de campaña" de este periódico que "el comunismo promete paro eterno". “¡Coño! – me dije sin caer en la cuenta de que quizá acabaría escribiendo la malsonante palabra y teniendo que excusarme con mis posibles lectores- . “¿Será que los comunistas se han vuelto locos de remate?”
El tremendo titular encabezaba una noticia sobre el comienzo de la campaña electoral, escrita por otro pisaverde ramplón que responde a la gracia de Gregorio Cabrera. En una crónica pretendidamente ingeniosa, y escrita en realidad con tanto tino como el que se le supone al mamífero rumiante que da origen a su distintivo familiar, Cabrera se mofaba de la propaganda del Partido Comunista del Pueblo Canario con un chusco estilo muy próximo al del célebre dueño de El Día Don Pepito Rodríguez.Acaso extrayendo su sapiencia de los documentados largometrajes de Hollywood de los años 50, el “analista”comenzaba haciendo una particular referencia a la cartelería de la época soviética, glosando en tono jocoso lemas como "los trabajadores no tienen nada que perder salvo sus cadenas". Ya se sabe, eso de los “trabajadores” y las “cadenas” les suena a estos postmodernos sin modernidad por lo menos a una antigualla decimonónica.
Pero lo que realmente le pareció una majadería inaceptable al tal Cabrera es la reivindicación del Partido Comunista de que los parados sin posibilidad de conseguir un nuevo empleo no se queden, como sucede actualmente, sin ningún tipo de ingresos.“Queda al menos – opinó el inefable Goyo - una ensoñación, el hecho de que alguien crea aún posible que la leche mane eternamente del Estado”. Y, chico, vale que cada cabra tire pa’ su monte. Lógico puede ser, por qué no, que Gregorio, como cualquier neoliberalote de andar por casa, considere de locos eso de garantizar el pan a los parados, permitiendo que los “muy vagos” puedan entregarse a la molicie. Entendería, incluso, que a Goyo le parezca inevitablemente que la teta del Estado amamante sólo a los grandes banqueros – eternamente si hace falta – para que no se nos derrumbe esta “menoscracia” que nos ahoga. Todo eso lo entiendo y, a fuerza de verlo diariamente, ya ni me sorprende. De verdad que no. Pero que se transforme una reivindicación de subsidio indefinido, como la hecha por el PCPC, en una “promesa de paro eterno”, y que la mágica trasmutación malintencionada sirva luego de titular de un periódico que se pretende serio ya es, como se decía hace unas décadas,demasiao’ pal’ body. Para una vez que sacan a los comunistas en los papeles no quieren perder la oportunidad de ponerlos a caldo. Como les dije... demasiao’ pal’ body.
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CRISIS ECONÓMICAGOBIERNO DE ESPAÑA DESEMPLEO
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