jueves, 19 de mayo de 2011
GASPART, MORTE, BARATO Y SEGURADO APOYARON A ROSELL
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
EL ECONOMISTA
"Insuficiente", "inaceptable", "esto no es lo que necesita España". Son sólo algunos de los calificativos que la mayoría del Comité Ejecutivo de CEOE dedicó ayer al principio de acuerdo alcanzado por los negociadores de la patronal con sus homólogos de Comisiones Obreras y UGT para la reforma de la negociación colectiva.
Sólo dos de los 47 miembros del Comité, el catalán Joan Gaspart y el presidente de la patronal aragonesa (CREA), Jesús Morte, -ambos aupados por Rosell a la vicepresidencia de la patronal- apoyaron firmemente el documento presentado por el presidente y el secretario general.
Otros dos, el presidente de ASAJA, Pedro Barato, y el siempre contemporizador José Antonio Segurado, apoyaron con reservas. Mientras que el resto de los intervinientes lo hicieron para criticar con dureza la propuesta de reforma de los convenios presentaday mostrar una rotunda oposición a la firma del acuerdo.
A pesar de todo, Rosell, que en su intervención ante el Comité reconoció que el acuerdo no era el idóneo pero sí el posible, mantiene la convocatoria de la Junta Directiva de la organización empresarial para el próximo día 25, y será en este escenario donde se tomará una decisión definitiva.
Significativo fue, en comentario de algunos de los asistentes, el silencio del vicepresidente primero de CEOE y presidente de la patronal madrileña CEIM, Arturo Fernández, quien fue uno de los más fervientes defensores de firmar el acuerdo social anticrisis con el Gobierno a principios de febrero. Un silencio tras el que esos mismos directivos veían la mano del Partido Popular y más concretamente de Esperanza Aguirre.
Pero, ¿qué es lo que no gusta a la cúpula de CEOE de la reforma pretendida? Dos puntos, fundamentalmente: la indefinición sobre la ultraactividad, es decir la prórroga automática de los convenios caducados cuando no haya acuerdo para su renovación; y la, desde su punto de vista, insuficiente modificación de la flexibilidad interna.
En el primero de los casos, los empresarios quieren reducir al mínimo el tiempo de duración de un convenio sin renovar y evitar la actual judicialización de los conflictos laborales, que se cifran en más de 350.000 cada año.
En materia de flexibilidad la patronal se opone a la pretensión sindical de "identificar" en cada convenio los criterios para el tratamiento de los tiempos de trabajo y la movilidad funcional.
La propia dirección de CEOE reconocía, veladamente, las discrepancias en su cúpula cuando en un comunicado oficial afirmaba que "los miembros del Comité Ejecutivo de la Confederación empresarial han decidido esperar a que en los próximos días se concreten los detalles pendientes en algunos de los capítulos más significativos de la reforma de la negociación colectiva, como son la flexibilidad interna, su estructura o la vigencia de los convenios, entre otros, para tomar una decisión definitiva".
En dicho comunicado, y tras confirmar la reunión del Comité Ejecutivo "para analizar y valorar el estado actual de las negociaciones en curso con los sindicatos", los portavoces de la patronal señalan que la cúpula de la organización "ha insistido en la necesidad de abordar las reformas necesarias en nuestro mercado laboral con la exigencia que supone la actual situación económica y social de España y la necesidad de mejorar la competitividad y así garantizar la creación y el mantenimiento del empleo, especialmente en algunos colectivos como los jóvenes".
En este sentido, añade, "los miembros del Comité Ejecutivo de CEOE se han referido a las reformas -en el capítulo laboral- que se están exigiendo a los países más afectados por la crisis, reformas que deberían tenerse en cuenta por parte de las organizaciones que intervienen en este proceso de negociación".
Una referencia ésta última que se interpreta en ámbitos de la negociación social como una "clara alusión" a las medidas de ajuste laboral que desde la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, se están imponiendo a Grecia, Irlanda y Portugal, los países que han acudido al rescate de la Unión.
Por su parte, el presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, insistió ayer en que la reforma de la negociación colectiva debería recoger la máxima de que los salarios vayan acordes con la productividad de los empleados, en lugar de evolucionar con la inflación. Además, instó a recortar las subvenciones a partidos, sindicatos y CEOE para reducir el gasto público.
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