jueves, 19 de mayo de 2011
La propuesta del tren significa un ataque frontal a los intereses colectivos de nuestro pueblo.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
TeldeActualidad.com
Paqui Sánchez
El modelo de desarrollo de la isla de Gran Canaria se ha caracterizado por un proceso progresivo de intensificación de las actividades económicas subordinadas a la lógica de acumulación de capital promovida por las elites locales, que han hecho de la isla territorio a su libre disposición.
Este modelo económico ha tenido etapas tan características como el período de la primera implantación de la producción tomatera, que supuso el desplazamiento interno de la población isleña hacia las zonas del sur y sureste de la isla para -viviendo en miserables cuarterías y con salarios de hambre- impulsar los intereses de la burguesía agrícola-exportadora.
Pero de mayor impacto para las clases populares fue el cambio al modelo turístico de acumulación capitalista donde la población residente en el norte y medianías de la isla es desplazada –esta vez ya de forma permanente- a los nuevos núcleos poblacionales del sur y sureste grancanarios. Parcelaciones de tierras de tomateros son vendidas a precios de solares sin poseer ningún tipo de infraestructuras urbanas. Así, la clase trabajadora tiene que dedicar muchos años de su vida a enriquecer a los terratenientes que ayer los explotaban como aparceros y, en este nuevo ciclo, los explotaron como compradores de “solares”. Surgieron, así –sobre la destrucción de las anteriores tierras agrícolas-, los nuevos asentamientos urbanos del sur y sureste de la isla. Suelos producidos en largos procesos geológicos fueron asfaltados y edificados en pocos años, sin ninguna lógica racional de aprovechamiento de su irrepetible capacidad para satisfacer las necesidades del pueblo canario.
La propuesta de tren reincide en la estrategia que el bloque del poder ha seguido durante décadas y que ha supuesto la destrucción de una importante parte de los recursos naturales de la isla y que impide un modelo de desarrollo que aproveche las capacidades existentes para la propia satisfacción de las necesidades de la población.
La superficie de suelo rústico afectada por el proyecto del tren significa un brutal coste ambiental. Un total de 2.800.000 m2 de suelo rústico es afectado directamente por esta nueva e innecesaria infraestructura de transporte, si bien la cantidad de superficie perdida es mayor, pues hay que considerar el fraccionamiento de esos suelos que provoca el paso de las vías, dejando recortes de suelo ya inútiles para su actividad productiva, cortando sistemas de conducción y riego y otros recursos necesarios para el cultivo de esos terrenos.
La permanente reducción del suelo agrícola es uno de los problemas fundamentales de la isla de Gran Canaria, provocando la creciente dependencia externa que en materia alimentaria tiene la isla de Gran Canaria. Es un problema en crecimiento en nuestro municipio de Telde (por ejemplo, el proyecto de carretera tangencial).
La propuesta del tren significa un ataque frontal a los intereses colectivos de nuestro pueblo. En el aspecto económico queda evidente el carácter antisocial de la altísima inversión económica proyectada para un sistema de transporte inadecuado.
Es una realidad sistemáticamente comprobada en nuestra tierra que en todas las obras públicas los presupuestos iniciales resultan aumentados de manera brutal al final de las mismas.
Sin considerar esta hipótesis, más que avalada por la experiencia, las cifras que inicialmente se plantean en el proyecto que maneja el Cabildo resultan absolutamente desproporcionadas con el problema que pretendidamente se trata de resolver. Tan sólo considerando que el tren sale gratis es cuando los números justifican la inversión como rentable.
Esta obra sólo se puede justificar dentro de la lógica de acumulación capitalista que desarrolla el sector de la construcción en la isla. Unos presupuestos cuantiosos, que luego se engrosarán de una manera desmedida durante la ejecución de la obra, que permiten el enriquecimiento de las principales constructoras locales.
Es decir, otro saqueo parasitario de las finanzas públicas, que se nutren, fundamentalmente, a partir de los impuestos indirectos que paga nuestro pueblo y de la tributación absolutamente controlada de las rentas salariales, mientras los beneficios empresarias quedan exentos mediante la aplicación de la RIC.
Por tanto, estamos ante un doble expolio a nuestro pueblo, expolio que incluye la progresiva destrucción de nuestros recursos naturales y de nuestra agricultura.
El Partido Comunista del Pueblo Canario se pronuncia por una solución sustentada en la mejora de la autovía GC-1, y su adaptación a la prioridad del transporte público colectivo en guaguas. Una solución sustentada en esta opción supondría una reducción absoluta de los impactos ambientales, una reducción importantísima de los presupuestos necesarios para su realización y una mayor posibilidad de orientar a la población a sustituir el transporte privado por el transporte colectivo, con las ventajas que esta opción tiene en todos los sentidos desde el punto de vista energético, ambiental y social.
La gestión del transporte colectivo de Gran Canaria tendrá sus efectos más positivos sobre la isla con la creación de una empresa pública de transporte colectivo, gestionada por el Cabildo, en el marco de una economía popular hegemonizada por los intereses de la gran mayoría del pueblo canario. Para ello, es necesario impulsar los cambios políticos que puedan llevar a sustituir al actual bloque de poder por otro, dirigido por los trabajadores y el conjunto de sectores populares, que hoy están sometidos a los intereses del bloque histórico de poder en Canarias.
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