El Gobierno aprueba un nuevo plan de ayuda para la Banca

"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"

¿LA "DERECHA" ACABARÁ  CON EL ESTADO DEL BIENESTAR?

CANARIAS SEMANAL

Zapatero asusta a los votantes con las políticas antisociales del PPal tiempo que se compromete con los “mercados” a imponer nuevos “ajustes”.

Estamos por fin inmersos en plena campaña electoral. Es tiempo de promesas que nadie espera ver cumplidas;  de esperanzas sin fundamento real a las que, sin embargo, se agarraran como a un clavo ardiendo cientos de miles de electores. Ante la ausencia de alternativas reales de transformación social, una suerte de resignación con  "lo que hay" permite observar en estos días espectáculos auténticamente surrealistas. Uno de ellos, lo ofreció el presidente del gobierno español  José Luis Rodríguez Zapatero en un mitin de campaña ofrecido en Oviedo. En la ciudad asturiana el todavía líder de los socialdemócratas españoles pidió el voto para el PSOE, asegurando que el 22 mayo no sólo se eligen a más de 8000 alcaldes y a 13 presidentes autonómicos, sino que está en juego el propio Estado del Bienestar. “El modelo social de España”. “Si ahora ganará el Partido Popular -aseguró zapatero -empezarían a desmantelar el Estado del bienestar". 

Esta advertencia se ha convertido en un elemento central de la campaña del Partido Socialista y es repetida por todos sus candidatos en cada uno de los actos electorales que en estos días se desarrollan en las diferentes comunidades autónomas del Estado. En Madrid, Tomás Gómez, contrapuso también el Estado del Bienestar, supuestamente defendido por su partido, al "Estado caritativo y del negocio para unos pocos" que -según dijo -defiende el Partido Popular. Por su parte, el vicepresidente primero del gobierno y posible sucesor de Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que "lo que hay que decidir es si el Estado del bienestar es un pálido reflejo del siglo XX o una realidad pujante en el siglo XXI".

Obviamente, no es preciso ser un fino analista político para afirmar que, allí donde gobierne, el Partido Popular recortará derechos sociales y libertades públicas. No obstante, sostener que el partido de la derecha tradicional española "comenzaría" de esta forma a desmantelar el Estado del bienestar, tal y como se hace desde el PSOE, resulta no sólo un insulto a la inteligencia de los votantes, sino también a su memoria más inmediata. Efectivamente, parece como si José Luis Rodríguez Zapatero y los diferentes candidatos de su partido pretendieran hacer olvidar, de un plumazo, la última contrarreforma laboral y de las pensiones impuestas por el gobierno socialdemócrata, con el imprescindible apoyo de los dos sindicatos mayoritarios Comisiones Obreras y UGT. Los ajustes del Gasto Público, la rebaja de los salarios de los funcionarios o el apoyo incondicional a la banca dictados por los grupos hegemónicos del capital financiero internacional y aplicados con la mayor diligencia por el Ejecutivo Zapatero. De forma prácticamente simultánea a las declaraciones efectuadas por el presidente del gobierno español en Oviedo se conocía que los "mercados" -eufemismo utilizado para evitar nombrar a los dueños de la economía mundial –han exigido nuevas “reformas económicas” a España y el Gobierno se ha comprometido con ellos a continuar con sus “planes de ajuste” tras el 22 mayo. La prensa estatal se hacía eco, igualmente, de la aprobación por parte del Congreso de los diputados del nuevo plan de ayuda para la Banca, que el propio zapatero defendió como "necesario e insustituible". 

Todas las evidencias muestran, pues,  que en el Estado  español – al igual que en otros países europeos como Grecia y Portugal -el desmantelamiento del  llamado Estado del Bienestar está siendo una labor efectuada, con absoluta diligencia, por los partidos socialdemócratas. Llegado el caso, el PP de Mariano Rajoy solamente tendría que continuar en la senda marcada por Rodríguez Zapatero.  Ante esta realidad, aceptar que se nos sitúe una vez más entre la espada y la pared de la rueda bipartidista es, probablemente, el camino más directo para seguir sufriendo recortes sociales y económicos que están configurando una sociedad crecientemente desigual y excluyente y sin perspectivas reales de recuperación.