J.S. Mujica Las Palmas de Gran Canaria
Antes muertos que sencillos. Así se expresaron ayer los portuarios de La Luz, dispuestos a mantener su pundonor y orgullo en el conflicto abierto con Sestiba a cuenta de las cestas de Navidad. El sindicato se remangó ayer la camisa y pagará de su bolsillo las 600 cestas. Eso sí serán mucho más baratas: 170 euros menos.
Las cestas de la discordia han pasado ya a la historia de Sestiba, una compañía semipública sumida en una crisis de caballo (debe 15 millones de euros, según la Intervención General del Estado), y sobre la que Autoridad Portuaria y empresas estibadoras no terminan de ver la salida del túnel.
La suspensión de la cesta de Navidad, acordada la pasada semana, no ha disuadido al potente sindicato gremial y sus dirigentes, encabezados por Miguel Rodríguez (vocal del consejo del Puerto), se rascaron ayer el bolsillo y decidieron sufragar «lo que Sestiba ha querido convertir en un acto vergonzante», según fuentes sindicales.
Cada trabajador de Sestiba (tanto los 550 portuarios como el personal de administración y limpieza) recibió ayer el aguinaldo aunque, eso sí, las viandas navideñas serán más modestas.
Frente a los 290 euros que sufragaba hasta el pasado año Sestiba (la cesta la instauró el ex presidente nacionalista, Luis Hernández), el sindicato buscó un abanico de productos más asequibles, valorados en su conjunto en 120 por unidad.
Según las fuentes consultadas, no está previsto incorporar un jamón serrano de pata negra, como venía siendo habitual.
La disputa sobre el regalo de los portuarios, ha provocado que se suspenda la reunión que iba a mantener hoy el dirigente sindical Leocadio Mayor con el presidente de la Autoridad Portuaria, Javier Sánchez Simón (se aplaza al lunes).
Sánchez Simón se comprometió el pasado sábado con Mayor a recibirlo esta mañana en el despacho oficial a cambio de que reanudaran las labores de carga de la fruta de exportación.
Leocadio Mayor aceptó reunirse con el regidor portuario siempre y cuando garantizara una salida a la cesión de la cesta a los trabajadores, «por un ser un derecho salarial consolidado».
Sánchez Simón no le prometió nada; sólo que lo recibiría. Mayor dio su consentimiento a que los empleados de la empresa de trabajo temporal Trabajos Portuarios operara en el muelle de cambulloneros, en la terminal hortofrutícola, eso sí, con un retraso de casi seis horas.
La divergencia abierta con el sindicato se produce a sólo cuatro días de la celebración, el próximo lunes, del consejo de administración de la Autoridad Portuaria, donde el equipo directivo estima la posibilidad de modificar al alza las tarifas en función de la caída de la recaudación por la crisis económica internacional y el descenso del tráfico de cabotaje.
El sindicato portuario ha previsto un desayuno con periodistas justo al día siguiente el martes, para evaluar las relaciones con Sestiba.
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