19/12/2008 Actualizada a las 02:29
La patronal reclama que se abarate el despido.
(Foto: Fernando Ojeda)
Paulino Rivero saluda a Grisaleña en el acto que srivió para hacer balance empresarial de 2008.
José Miguel Pérez Las Palmas de Gran Canaria
El presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) de Las Palmas, Sebastián Grisaleña, reclamó ayer una reforma laboral como salida ante la crisis. Pidió «valentía» para abaratar el mercado laboral, tal y como solicita la OCDE y el Fondo Monetario Internacional.
Sebastián Grisaleña desempolvó ayer el manual de la patronal para los tiempos de crisis y reclamó una reforma que flexibilice el mercado laboral que facilite a los empresarios el despido, la contratación o la congelación de sueldos.
En un ejercicio buscado de austeridad en tiempos difíciles, la CCE cambió este año la habitual comida de Navidad por un cóctel, en el que Grisaleña, en su discurso para despedir el año, pronosticó un 2009 «difícil», «con un deterioro significativo de las expectativas de los empresarios y de la sociedad en su conjunto». «Los empresarios canarios vivimos con preocupación la crisis y la incertidumbre de los mercados», aseveró.
Y tras la radiografía, el presidente de la patronal de Las Palmas pidió «valentía» para liberar a los empresarios de las «rigideces» del mercado de trabajo. Y lo hizo ante la flora y nata del mundo empresarial canario, y bajo la atenta mirada de los más altos representantes de las instituciones públicas del Archipiélago, incluidos el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, y el vicepresidente, José Manuel Soria.
Para justificar sus demandas, Grisaleña aseguró que «las empresas no pueden seguir resistiendo los costes laborales que soportan, no pueden continuar sufriendo las elevadísimas cotas de absentismo laboral, y no deberían asumir subidas salariales que no se correspondan con mejoras en la productividad».
Por eso, el representante de la patronal afirmó que «hay que apostar, de una vez por todas, por una reforma del mercado laboral que abogue por su flexibilización, porque ayudaría a crear empleo de manera especial a las pymes».
Este cambio en la legislación debería afectar, a su juicio, a la «contratación laboral, la extinción de las relaciones laborales y negociación colectiva acordes con la finalidad de mejorar la capacidad de adaptación de empresas y trabajadores».
Consenso
Consciente de lo delicado de la propuesta, Grisaleña hizo un llamamiento al diálogo entre Administración, patronal y sindicatos para lograr un acuerdo consensuado que impulse la creación de empleo.
Grisaleña también recalcó el apoyo de la patronal a las medidas reales de la Administración pública para reactivar el sector privado, y pidió el compromiso de bancos y cajas para que la financiación llegue a las empresas y a las familias.
El presidente de la CCE aprovechó para quejarse ante los representantes políticos del «peligro que supone para la vida económica los actuales niveles de burocracia y la facilidad con la que se dilatan hasta el extremo los procesos administrativos», y que «paralizan la iniciativa empresarial».
También lanzó un recado para el consejero regional de Empleo, Jorge Rodríguez, y la delegada del Gobierno Carolina Darias, que le escuchaban en primera fila: «Ya son casi 200.000 los parados en nuestro Archipiélago, y probablemente serán algunos más en los próximos meses. Seguiremos siendo exigentes con las Administraciones, para que activen cuantas políticas resulten necesarias a favor del empleo».
También aludió a la necesidad de la unidad empresarial, y lanzó un mensaje semiencriptado: «Por si alguien lo duda, la Confederación sabe donde está, lo que hace y a quien representa, aunque desde algún ámbito ni lo sepan, ni lo quieran saber, o no tengan por qué saberlo». Alejado de las primeras filas, un siempre sonriente Ángel Luis Tadeo, presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, charlaba más tarde con el resto de los invitados.
Después de un discurso sin atisbo de autocrítica, el presidente del Gobierno de Canarias, coincidió con Grisaleña en la necesidad de consensuar medidas para mejorar el mercado laboral, aunque, resaltó, eso sí, «no todas los que la patronal reclama».
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