
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
31/07/2008
El Juzgado absuelve a los vecinos de Castillo.
(Foto: Borja Suárez)
Los vecinos de Castillo del Romeral celebran como un triunfo que un Juzgado de San Bartolomé de Tirajana los haya absuelto de la falta de coacciones.
Gabriel Suárez Maspalomas
Ponerse delante de los tractores para paralizar las obras de la cárcel no es una coacción. Así lo ha resuelto el Juzgado número 4 de San Bartolomé de Tirajana que ayer decidió absolver a otros seis vecinos de Castillo del Romeral.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número cuatro de San Bartolomé de Tirajana acordó ayer absolver a otros seis vecinos de Castillo del Romeral que habían sido denunciados por la Policía Nacional como presuntos autores de un delito de faltas de coacciones.
Según el letrado que los defendió, el concejal del PP, Fernando Toribio Fernández, han quedado eximidos de toda responsabilidad porque es requisito indispensable que haya una denuncia del agraviado, y en este caso, como tampoco en el anterior, en el que absueltos otros nueve vecinos, los presuntos coaccionados no presentaron denuncia en Comisaría ni ratificaron la de los agentes del orden.
Por lo tanto al no haber una constancia de una denuncia de los operarios a los que se les impide continuar con la obra, entonces el juez decide archivar el caso y absuelve a los denunciados, reseñó Toribio.
Con este son dos los pleitos que ganan los vecinos de Castillo del Romeral, lo cual ha sido recibido como un triunfo por parte de los afectados, quienes tras abandonar los Juzgados de San Bartolomé de Tirajana muchos de ellos volvieron a los terrenos de Juan Grande, donde pasado el mediodía procedieron a paralizar los tractores que estaban ejecutando movimientos de tierra en un sector de la parcela muy próximo a las viviendas de Castillo del Romeral.
La paralización de estos trabajos hasta contó con la simpatía de los empleados de la empresa Hermanos Tito, quienes optaron por parar las máquinas y marcharse, «ya que es imposible trabajar en estas condiciones», explicó uno de los operarios, refiriéndose al asfixiante polvo que se levantaba por el movimiento de la maquinaria y que por momentos cubría gran parte de Castillo del Romeral.
Los efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), que se dirigieron de inmediato hasta el lugar, sólo se limitaron a observar como los vecinos paralizaban las obras. «Nosotros nos hemos puesto delante de los tractores porque aquí no estaban montando la valla, estaban haciendo movimientos de tierra, y eso hasta lo entendieron los propios policías», indicó Roberto Guedes.
Poco después sorprendió a todo el mundo una reducción del depliegue policial. En menos de una hora se marcharon tres cuartas partes de los efectivos, quedando solamente un pequeño retén para mantene la vigilancia de la zona, ya que a partir de la paralización de los trabajos por parte de los vecinos, ya no se movió otra maquinaria, salvo lo que repone el vallado.
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