
En 1884 empezó a funcionar en Tenerife la compañía de Omnibus que operaba con un carruaje de un solo caballo, capaz de transportar a cinco personas y que hacía un viaje diario entre Santa Cruz y la Laguna. Meses más tarde se incorporaron dos nuevos carruajes, esta vez cerrados, que pudieron hacer dos viajes diarios y que pronto se convirtieron en un exitoso medio de transporte.


En 1885 ya existían varias empresas que llegaban a transportar al año entre Santa Cruz y La Orotava 16.000 viajeros y que la prensa de la época destacaba por su extraordinaria velocidad.El tranvía sirvió de transición entre la diligencia y la guagua. En 1898 se presentó un proyecto de tranvía eléctrico de Santa Cruz a Icod de los Vinos, con ramales en La Orotava y el Puerto de la Cruz. Presentado al Gobierno Civil e informado favorablemente por el Ayuntamiento, el proyecto fue aprobado. Los planos preveían una central eléctrica y un garaje en La Cuesta, barrio populoso de La Laguna y Santa Cruz, los trabajos duraron un año y medio a cargo de una sociedad anónima de tranvías eléctricos de Tenerife, cuyo director era el más tarde se convertiría en el cónsul de Bélgica D. Fernando May.


El viaje inaugural se realizó el 7 de Abril de 1901 y duró 34 minutos desde el muelle hasta la iglesia de la Concepción de La Laguna. Durante 50 años fue una ayuda enorme para las comunicaciones entre ambas ciudades y su capacidad real fue rebasada constantemente por la demanda, así el verano de 1942, por ejemplo, la media del tráfico era de 13.588 pasajeros al día, también transportaba mercancía, aunque en cantidades reducidas En 1904 se acordó la concesión a la misma empresa del segundo tramo desde La Laguna a Tacoronte, y se inauguró el 27 de Julio del mismo año. En 1950 la sociedad contaba con 21 kms. de vía, con cuatro estaciones: Santa Cruz, La Cuesta, La Laguna y Tacoronte, y con talleres, cocheras y oficinas en La Cuesta. Todo se perdió por abandono, poco antes de 1960. También se produjeron, en 1913, algunos intentos para instalar un tranvía eléctrico en el casco urbano, pero estos proyectos fueron abandonados inmediatamente. Los omnibuses de la diligencia se sustituyeron por las populares guaguas. El primer autobús se adelantó varios meses al primer automóvil particular, como hasta cierto punto era natural en un territorio carente de trenes. Pertenecía a la empresa hotelera de Camacho y se inauguró el primero de junio de 1902 y con la más antigua línea de autobuses de Tenerife entre La Laguna y La Orotava. Se había considerado inútil bajar hasta Santa Cruz porque al empresario le parecía que competía con el tranvía.


El primer coche en Santa Cruz que solicitó al Gobierno Civil la autorización de circulación fue a principios de 1905; ya en el año 1906 pasearon en coche al Rey y en 1909 se celebró la primera gira automovilística de Canarias. Entre La Laguna y La Orotava en 1911 las matriculas habían llegado a 43 y en 1912 se publicaron 4 edictos municipales que regularizaban la circulación de estos ingenios mecánicos. Las velocidades quedaban limitadas a 12 kms/h.
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