
12/12/2008 Actualizada el 12/12 a las 23:18
La patronal señala un desvío en Sestiba
(Foto: C7)
Grúas de contenedores en el dique León y Castillo.
José S. Mujica Las Palmas de Gran Canaria
La patronal acaba de colocar a Sestiba en la pasarela de las sospechas de posible corrupción. Las sectoriales de importadores e industriales exigieron ayer más explicaciones sobre la tarifa de carga, ya que en tres años se recaudaron 6 millones y la deuda no paró de crecer hasta 18 millones.
División patronal, le cueste a quien le cueste. La comisión de puertos acabó como el rosario de la aurora y la fragmentación dio de sí dos bandos bien diferenciados: los empresarios del Puerto (a excepción de Anacef), por un lado, y las estibadoras, consignatarios y navieros, por otro. En el fondo de la polémica: la revisión de las tarifas de Sestiba, una sospecha de corrupción y, también, la convicción de las estibadoras de que importadores e industriales preparan «una subida salvaje» de precios y «se agarran ahora del Puerto».
La jornada no acabó en escándalo, como en anteriores etapas, pero sí acreditó que la patronal sufre los altibajos inherentes a la crisis financiera internacional.
El presidente de la Confederación, Sebastián Grisaleña, reparte dosis de buenismo por donde quiera que va, emulando la estrategia de imagen de José Luis Rodríguez Zapatero sobre tolerancia y talante, pero a veces se queda corto. Ayer dio muestras de ambigüedad al quedarse fuera de la comisión de puertos, a la que asistieron unos 30 dirigentes empresariales.
Previamente, Grisaleña había mantenido una reunión privada con los representantes de las estibadoras, Juan Pérez y Bernardino Santana, pero el contenido de ese encuentro es un misterio. El único resultado práctico es que el presidente de los empresarios no compareció en la comisión hasta el final y tampoco desveló el sentido del voto que emitirá el lunes en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria, que incluye en su orden del día la revisión al alza de las tarifas de Sestiba, la empresa de carga y descarga del Puerto de La Luz aquejada de una deuda de 15 millones.
Grisaleña es el único que acude al Puerto ante la ausencia por enfermedad de Félix Santiago. Su decisión (lo más probable es que se abstenga) permitirá saber qué bando se proclama ganador.
Las discrepancias de ayer tuvieron como protagonistas a importadores e industriales, que recibieron el apoyo de Anacef (flota arrastrera), Fedex (agricultura) y turismo. Los representantes de Adican y Asinca acudieron a primera hora al Puerto para conocer por boca de Javier Sánchez Simón qué pasaba en Sestiba. A su vuelta a la comisión de la patronal, exigieron aclaraciones sobre el estado contable de la compañía y pidieron acreditar ante la mirada atónita de Juan Pérez qué pasó entre los años 2004 y 2006. Las patronales proyectaron una sombra de sospecha sobre la gestión de Sestiba porque en ese periodo ingresó 6 millones por la tarifa máxima empresarial y, en cambio, la deuda creció 5 millones hasta situarse en 18 millones.
Industriales e importadores rechazaron la subida de la tarifa prevista para el lunes, donde las empresas reclaman incrementarla un 19%.
Las estibadoras aseguran que todo está «claro» y argumentan que la deuda bajará este año. El Puerto propondrá una subida del 4,3%. Sin embargo las empresas portuarias se defienden del ataque apuntando otro escenario conflictivo: «¿No será que importadores e industriales preparan una subida salvaje de precios y están tratando de sembrar ciñaza en el Puerto? ¿Acaso Grisaleña no se pronunció en el consejo del Puerto sobre el informe de la Intervención en Sestiba? ¿A que es una venganza?».
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