jueves, 14 de abril de 2011
Los empresarios comienzan a recorrer un camino necesario para la lucha contra la corrupción; pero ahí delante vienen curvas.
No deben olvidar los empresarios y los políticos que una de las causas del crac mundial comenzó a cocerse en el proceso de desregulaciones de la economía norteamericana. Cuando Ronald Reagan confundió el gobierno eficiente y las iniciativas individuales con una película del 'far west' una de las primeras consecuencias fueron los grandes apagones eléctricos en cadena. En la actualidad hay varios estados USA en quiebra, y no como consecuencia de la gran crisis sino, al contrario, como residuos de una estrategia que dio cobijo al 'capitalismo de amiguetes' intuido ya por Adam Smith.
Verdad es que en Canarias se ha producido una diarrea normativa que entorpece la adecuada agilidad; pero eso no significa que toda regulación esté de más y sea un obstáculo para el desarrollo. En materia de suelo y sus conexas de medio ambiente y paisaje, no puede aplicarse la ley de la selva y el yo lo vi primero; porque lo que se haga quedará para toda la vida y sus efectos pueden ser absolutamente indeseables. El problema es encontrar un equilibrio. Y que los funcionarios cumplan con diligencia y neutralidad con su trabajo, sin verse presionados por los políticos y sin sucumbir a intereses ajenos a los públicos. Lo malo es la maraña, que provoca confusión, y corrupción.
¿Por qué se produce la burbuja inmobiliaria en España? Como todos los temas complejos, por múltiples causas; pero una de ellas fue la 'liberalización' del suelo en la era Aznar y la creencia de que 'solarizar' todo el territorio bajaría los precios y el mercado se encargaría de crear riqueza. Así comenzaron a surgir ciudades fantasma en la meseta castellana, en medio de pinares protegidos, en las costas cántabras, mediterráneas, atlánticas... La ingeniería financiera puesta al servicio de la avaricia de bancos, cajas, chiringuitos e intermediarios, por su lado, se especializó en respaldar este proceso de peloteo especulativo... No se atendieron las advertencias hasta que el sistema llegó al punto crítico; y como decía un presidente mexicano "ciudadanos, México está el borde del precipicio. Tenemos que dar un paso adelante".
En realidad, el caso español es insólito: en Alemania los länder no tienen la capacidad legislativa de las autonomías; hay materias en las que basta la legislación federal, especialmente para evitar el caos y los agravios entre los alemanes. Otra cosa es la gestión. Pero no es normal que los reglamentos contraincendios sean distintos, o los relacionados con los perfiles de aluminio o con los alimentos. La solución no es el nihilismo ni la ausencia de reglas, sino el sentido común.
A veces lo que sucede es que los propios empresarios fomentan la discrecionalidad y el amiguismo; "ándeme yo caliente, ríase la gente", como decía Góngora. Pero este comportamiento termina por ser suicida, porque siempre hay alguien más ducho en beneficiarse del relajo. El rechazo de las organizaciones empresariales, y de la mayor parte de los empresarios, a recurrir los actos administrativos, y a utilizar, cuando así sea, la vía civil o penal, ha sido 'porcentualmente' culpable de que la madeja se siga líando. A lo que hay que sumar algunas actitudes de ciertos técnicos claramente obstruccionistas y que los tribunales no tendrían mayores dudas en calificar de prevaricadoras. El álgebra que se mueve alrededor de las adjudicaciones, los subcriterios que modifican los criterios del pliego de condiciones, el 'reparto' implícito de obras, el indeseable maridaje entre expertos y consultorías profesionales vinculadas a su vez a áreas de negocio determinadas... contribuyen a colapsar la actividad económica y a distorsionar la igualdad de oportunidades.
Reducir y simplificar las leyes, por supuesto; con ideas claras se escribe menos. Pero, asimismo, aumentar la vigilancia para evitar que se tuerza la legalidad constitucional. Gürtel o los ERE andaluces (y Faycán, y etcétera y etcétera) son solo la punta de un gigantesco cáncer que se extiende bajo casi toda España. Y en esta lucha si hay alguien fundamental para que funcionen los retrovirales de la democracia son los empresarios. Y los jueces, claro.
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