jueves, 9 de febrero de 2012
Los miembros del Ejecutivo discrepan, con Soria en el grupo de los "duros"
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
CANARIAS SEMANAL
Este viernes 8 de febrero Mariano Rajoy llevará al Consejo de Ministros la nueva reforma laboral. Un paquete de medidas de corte neoliberal que irán mucho más allá del inicuo acuerdo suscrito por los sindicatos mayoritarios y la CEOE y que modificarán de forma sustancial la legislación actual del trabajo. Los elementos fundamentales de la "reforma" se encuentran perfectamente definidos y responden, sin más, a las exigencias de la patronal española y elCapital transnacional europeo. En el seno del Ejecutivo, sin embargo, existen discrepancias en torno a los ritmos que serían más adecuados para imponer los"ajustes", con vistas a minimizar la contestación social que éstos provoquen. Así, a solo un día de la celebración del decisivo Consejo de Ministros continúa abierta la principal incógnita: ¿Hasta dónde se atreverá a llegar Rajoy con este zarpazo a los derechos de los trabajadores? Todo se discute con enorme secreto y en el momento en el que redactamos esta noticia ni siquiera se ha decidido aún si el viernes nos encontraremos con un decreto ley, que entraría en vigor inmediatamente y sin negociación, o con un anteproyecto de ley, que tardaría más en ser aplicado.
LOS "MODERADOS" Y LOS "DUROS" DEL GABINETE DERECHISTA
En el Gabinete derechista conviven, por un lado, la visión de la ministra de Empleo Fátima Báñez y el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro y, por el otro, la del ministro de EconomíaLuis De Guindos y el Ministro de Energía, Industria y Turismo José Manuel Soria. Los primeros - según fuentes gubernamentales- serían partidarios de "una reforma amplia",aunque no tanto como para poner en peligro la "paz social". De Guindos y Soria, en cambio, apuestan por aplicar inmediatamente el paquete completo de medidas previstas. Entre ellas, la implantación de nuevos contratos más precarios, en la línea de los denominados "minijobs". Las diferencias se limitan, pues, a los matices de la táctica para la implementación de una política común que obviamente nadie discute.
Pero, más allá de las opiniones de los miembros de su Gabinete, la decisión final de Rajoy estará determinada por los requerimientos de la canciller Angela Merkel y de los llamados "mercados". El eufemismo tras el que se esconde a los verdaderos soberanos de los países supuestamente democráticos: las grandes corporaciones transnacionales y los financieros que controlan la economía mundial. Para poder cumplir cabalmente su misión como testaferro de estos poderes económicos el presidente del Gobierno cuenta, además, con la colaboración de los sindicatos mayoritarios CC.OO. y UGT, que reiteraron tras la pasada cumbre europea su nula disposición a presentar algún tipo de batalla. Pese a que Mariano Rajoy comunicó a su homólogo finlandés Jyri Katainen que temía una huelga general, fuentes sindicales y gubernamentales coinciden en señalar que "creen que, finalmente, se impondrá una vía intermedia".
LO QUE SÍ SABEMOS DE LA CONTRARREFORMA EN CIERNES
Con esta correlación de fuerzas parece fuera de toda duda que - aunque finalmente pueda quedar en el tintero alguna de las recetas ultraliberales pergeñadas- la contrarreforma que se nos viene encima será de auténtico calado.
Hachazo a los convenios colectivos
De acuerdo a las informaciones que sí han trascendido, uno de los primeros objetivos del Gobierno será dar el mazazo definitivo a la figura de los convenios colectivos. Por un lado, la nueva legislación antepondrá lo "pactado" en las empresas -donde la exposición al despido de los trabajadores los coloca en una posición de indefensión frente al empresario - a los convenios sectoriales y provinciales. Se prevé, igualmente, que se suprima la ultraactividad de estos acuerdos, que actualmente permite que se mantengan en vigor después de expirar en tanto se renegocian sus nuevas condiciones.
El inevitable abaratamiento del despido
Para dar respuesta a una de las reclamaciones fundamentales de la Patronal el Gobierno generalizará la indemnización de 33 días por año trabajado, presente ya en la actual legislación, a un número mayor de supuestos. El Ejecutivo baraja, asimismo, la posibilidad de autorizar los despidos con tan solo 20 días de indemnización por razones "objetivas".
¿Vía libre a los Expedientes de Regulación de Empleo?
También se encuentra en la agenda del Gabinete derechista la liberalización de los Expedientes de Regulación de Empleo. Es decir, suprimir el actual requisito de autorización previa de los EREs, dando rienda suelta a los despidos masivos e imponiendo solamente un "control" posterior para agilizar la aplicación de los expedientes. Una de las medidas cuya aprobación final está sometida actualmente a las consideraciones de "pertinencia" anteriormente mencionadas
Nuevos contratos precarios: en la senda de los "minijobs"
Otra de las más que probables novedades que impondrá la reforma será la implantación de nuevas formas de contratos a tiempo parcial - especialmente para los más jóvenes - que podrían funcionar en la práctica como los denominados "minijobs". Trabajos con un sueldo inferior a los 400 euros al mes y con un grado de precariedad desconocido hasta la fecha que Rajoy - espoleado por Angela Merkel - pugna por introducir en España.
Estas medidas draconianas -que probablemente vengan acompañadas de otras coercitivas contra el “absentismo” en las empresas- se impondrán con la recurrente excusa de que su objetivo final sería la “creación de empleo” y mejorar el “bienestar de toda la sociedad”. Una pretensión contundentemente rebatida por la realidad, tras varias décadas de “flexibilización” laboral orientada por los mismos dogmas neoliberales.
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