viernes, 10 de febrero de 2012
La hoja de ruta del Gobierno: ¿qué es una reforma laboral equilibrada?
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
EL ECONOMISTA
Con la tasa de desempleo juvenil en el 48,7 por ciento, que está provocando una huida de este colectivo hacia otros países, se hace imprescindible mirar a nuestro entorno para copiar aspectos que pueden hacernos salir del hoyo de la pérdida de competitividad.
Entre las medidas que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, tiene en la cabeza se encuentra el contrato estable a tiempo parcial para los jóvenes, según señaló ayer en su primera sesión de control en el Congreso, donde garantizó una reforma laboral "completa, equilibrada y útil". Pero, ¿qué quiere decir equilibrada?
Uno de los asuntos más controvertidos se encuentra en la indemnización por despido. En principio,el escenario que baraja el Gobierno es el de generalizar el despido de 33 días y clarificar exahustivamente las causas del despido objetivo con 20 días de indemnización, de manera que las empresas con problemas puedan recurrir al mismo sin embarcarse en interminables trámites judiciales.
Para los expertos, sin embargo, esto no sería suficiente. En opinión del profesor del IESE José Ramón Pin, el despido improcedente habría que igualarlo a la media europea, 22 días, mientras que el procedente habría que bajarlo más todavía. Por eso, considera que se llegaría a un equilibrio siempre que "no se rebasara las indemnizaciones por despido, pero se tasaran bien las causas objetivas".
Para el profesor del IESE, el equilibrio llegaría con garantías para los empleados y una flexibilización de las relaciones dentro de la empresa. Un punto en el que Báñez insistió ayer al explicar que "las líneas principales de la reforma incluyen la puesta en marcha de mecanismos efectivos de flexibilidad interna", algo que, además, ha prometido al colectivo autónomo.
La ministra mencionó algunos objetivos de la reforma, como reconocer la formación como derecho de los trabajadores, "reordenar" las políticas de bonificaciones a la contratación indefinida y mejorar la intermediación laboral.
En cuanto a las medidas concretas, el contrato a tiempo parcial en España ya existe. Pero la rigidez legislativa impide que se trate de una fórmula a la que recurrir, tanto de la parte de la oferta como de la demanda de empleo, para cubrir ciertas horas de trabajo. Consecuencia inmediata: "Un gran margen de desempleo que podría ser absorbido por el contrato a tiempo parcial", lamenta el profesor titular de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense, Jesús Lahera. Una afirmación que cobra dureza si se entremezcla con la revelación que hizo ayer la titular de Empleo al descartar que este año se pueda crear empleo neto.
Por la parte de la oferta, el problema principal radica en la necesidad de flexibilizar las horas complementarias. En la actualidad, el preaviso se encuentra establecido en siete días, un periodo que habría de reducir, piensa Lahera, quien, sin embargo, matiza que tal rebaja "debería ir acompañada de unas garantías para el empleado".
En este sentido coincide Federico Durán, catedrático de Derecho del Trabajo y socio de Garrigues, cuando habla del contrato a llamada, es decir, el empleador conviene dar un trabajo a una persona y le llama cuando le necesita. De hecho, señala directamente a la falta de flexibilidad como causa de que no se hagan más contratos.
Este asunto está ligado con la negociación colectiva. Durán pone como ejemplo a Holanda, donde la negociación individual funciona y el contrato a tiempo parcial es muy usado. Resultado: una tasa de paro juvenil del 8,6%.
Por otro lado se encuentra el problema de la cotización en los empleos de varias horas. En este sentido, el profesor Lahera explica que "habría que mejorar las cotizaciones" porque "perjudica en la carrera de la cotización y el sistema no tiene contrapesos", por lo que "habría que aumentarla".
A ello se suma que los salarios son más bajos debido al menor número de horas que se trabaja. No obstante, ante el riesgo de que pudiera frenar la intención de los empresarios de contratar personal para varias horas, Lahera es contundente: "El problema es que no hay demanda de este tipo de empleos". Lamenta que al trabajador ahora le estimula más permanecer en el paro porque "sigue cotizando y tiene una prestación".
En este sentido difiere el presidente ejecutivo de Improven, Eduardo Navarro. En su opinión, hay que separar el problema de los jóvenes del de los más mayores, puesto que para alguien que vaya a acceder al mercado "no le preocupa para nada la cotización", sino que se trata de una inquietud de los más veteranos que pueden pensar que "van a bajar su cotización en sus últimos años de vida laboral".
Durante su comparecencia, Báñez descartó la posibilidad de incorporar a la reforma el contrato único, porque es "inconstitucional", o los minijobs -miniempleos con una jornada y un salario más reducido-, ya que "ningún joven puede cobrar menos del Salario Mínimo Interprofesional, fijado en 641,2 euros".
En este sentido, un experto de mundo empresarial consultado por este diario considera que la gente estaría dispuesta a trabajar por 500 euros, máxime cuando "se están manejando unas cifras de 6 millones de parados".
Etiquetas:
GOBIERNO DE ESPAÑA,
REFORMA LABORAL
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario