
Como conductor profesional con más de treinta años de carné de conducir me veo en la obligación de advertirle Sr. Tristán, siempre con la mejor de las intenciones, sobre los volantazos y sus imprevisibles consecuencias. Sí bien en ocasiones un volantazo a tiempo puede alejarnos del risco, en otras, sí se administra mal, puede hacernos volcar, cuando no chocar con cualquier otro obstáculo de la vía, ya sea un árbol, otro vehículo u otro risco situado al otro lado.
Cuando se da un volantazo, es normalmente para corregir una situación de emergencia, casi siempre un despiste del conductor o su impericia y quizá ese sea el caso de Guaguas. No obstante tenga usted en cuenta que, desde la municipalización del año 79, esta empresa ha tenido varios conductores que abarcan todo el espectro político y que todos y cada uno de ellos han tenido que volantear para evitar una colisión inminente contra el risco en más de una ocasión.
Y es que no son los trabajadores ni sus legítimos representantes quienes conducen este vehículo ni quienes gestionan este servicio en contra de lo que parece usted insinuar. Creo que podemos decir con toda justificación el "a mi que me registren" y también "que registren al chofer".
Insiste usted en la existencia de la mala gestión pero sin llegar a definirla por lo que sigue sonando a la manida excusa sin contenido de siempre y acusa a la ligera al PP de cargar a la compañía con los descuentos a los jubilados, estudiantes…cuando esos descuentos son anteriores a su gobierno municipal y fue, por poner un ejemplo, D. Elías Castro quién instauró el Bono-fácil y la tarifa de pago directo disuasoria para casi obligar a nuestros usuarios a usar nuestros títulos bonificados.
Supuestos y legendarios privilegios aparte, los representantes de los trabajadores que usted llama con intención claramente despectiva aunque inocua, "colectivo de compañeros y compañeras" son, creo yo, los únicos que han estado a la altura de las circunstancias y están muy lejos de padecer ese síndrome que usted dice de "acomodación fatal", pues este trabajo puede ser de todo, menos cómodo y la pretendida tutela de los presupuestos salidos de los impuestos no ofrecen aquí comodidad precisamente, sino veintinueve años de racanería, intranquilidad, debate obtuso, uso político de la empresa y pocas luces de los consecutivos responsables de un servicio esencial.
Puede usted repasar esos conceptos, no tan contemporáneos como usted cree, de productividad, bajas y horas extraordinarias, tan inconcebibles en el sector privado, donde, parece ser que la gente no enferma y sí enferma se va a la calle, y donde la gente no se cansa a pesar de trabajar jornadas que sobrepasan con mucho lo pactado y no cobrar esas horas de más y donde una entrega total a la productividad y a la empresa suele ser premiada con el despido frío e impersonal a poco que las cosas se tuerzan y donde una mujer cobra menos por el mismo trabajo que sus compañeros masculinos y será inmediatamente despedida al menor síntoma de embarazo. No me parece a mi muy moderno eso, ya ve usted.
Se deshace usted en elogios para GLOBAL y su "…constante novedad informativa, por su desarrollo e innovación, tanto tecnológica como de exploración de nuevos nichos de actividad…". Cuénteme usted como podrían haber llegado a esta excelencia sin el aporte de recursos públicos que superan con mucho a los de GM y como puede saber usted donde estaría hoy GM sí se le hubiesen asignado los recursos en la exacta medida de sus necesidades incluyendo las bonificaciones a los usuarios y que, sin embargo, se le han escamoteado descaradamente provocando esas deudas, quiebras cíclicas y zigzagueos de corte netamente político y lejanos a nuestros objetivos empresariales.
Los fantasmas de los retrasos en el pago de salarios no son tales, sino realidades contundentes y rotundas además de endémicas en estos últimos meses, pero aún así tengo que darle la razón en algo y es en su definición de la administración de GM por parte de quienes, también cíclicamente, son y han sido responsables de la misma; indolente, manirrota y miope y ciega a las nuevas necesidades de movilidad de los ciudadanos, fruto del crecimiento de nuestra ciudad y el establecimiento de nuevos núcleos de población en los cuales, dicho sea de paso, las infraestructuras de transporte brillan por su ausencia y eso mete en el saco a más gente de los que usted nombra y alguno muy cercano a usted, políticamente hablando.
Entiende que las empresas públicas son un anacronismo en las democracias occidentales, lo que equivale a decir que es mejor y absolutamente legítimo que una empresa privada consiga sus beneficios pastando en el prado de las subvenciones públicas que emanan de los impuestos de todos, mientras considera ilegitimas la defensa por parte de los trabajadores públicos de sus intereses laborales, tales como la estabilidad en el empleo, el respeto riguroso de la legalidad laboral así como condiciones y salarios dignos, algo que además se recoge en La Constitución como derechos fundamentales a pesar de usted y otros reconocidos neoliberales.
Esta actitud y opinión, a la que tiene usted derecho, por supuesto le sitúa en el campo del más radical neoliberalismo y nosotros en uso de nuestro legitimo derecho a discrepar no le aceptamos su evidente intención pedagógica.
Quizá sí escuchara con más atención y menos predisposición contra los trabajadores, terminaría por darse cuenta que no estamos precisamente anclados en el pasado y que nuestros planteamientos son bastante coherentes y muy acordes con los criterios y prioridades que, en materia de transporte colectivo, se están manejando e implementando en toda Europa.
Cuidado pues con los volantazos y mantengamos la calma y sangre fría para reconducir este vehículo a su carril sin más bandazos y zigzagueos y dejémonos de demagogias de fácil factura para machacar a los que siguen siempre poniendo la cara.
Fdo. Wolfang Alcántara Romero
Conductor y miembro del Consejo de Administración de Guaguas Municipales. DNI 42818543 H.
En Las Palmas de Gran Canaria, a 20 de agosto de 2008.
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