lunes, 11 de junio de 2012
Los 100.000 millones de euros multiplicarán la Deuda e implicarán recortes brutales.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
CANARIAS SEMANAL
Era la crónica de una muerte anunciada. Nadie dudaba de que el inmenso agujero generado en el sistema financiero español por la actividad especulativa de bancos y cajas provocaría el temido "rescate" y, finalmente, éste llegó el pasado sábado 9 de junio. Tras la reunión de urgencia del Eurogrupo para tratar el tema de España, el ministro de Economía Luis de Guindos compareció ante los medios de comunicación con la imposible tarea de negar la evidencia. "Esto no es rescate, es apoyo financiero", aseguró el ministro respondiendo a las preguntas de los periodistas. Un día después, era el propio presidente del gobierno Mariano Rajoy quien - antes de desplazarse a Polonia para asistir al debut en la Eurocopa de la selección española de futbol- realizaba el más absoluto de los ridículos al tratar de presentar como una excelente noticia el acontecimiento que hasta hace unos días aseguraba que jamás se iba a producir.
La intervención del presidente del Ejecutivo llegó a su máximo nivel de patetismo cuando aseguró "que no sólo no había recibido presiones de la Unión Europea para que España solicitara ayuda financiera, sino que es él quien "ha presionado porque quería una línea de crédito". Como se recordará, en las fechas previas a la petición del rescate, las agencias de prensa de todo el mundo recogían las declaraciones de las autoridades comunitarias y del gobierno alemán exigiendo abiertamente a España que no demorará por más tiempo la petición de "ayuda".
¿UN "RESCATE" BLANDO Y SIN CONTRAPARTIDAS?
Pero el Ejecutivo del Partido Popular no sólo se empeña inútilmente en negar que España ha sido "rescatada". Sus mayores esfuerzos se centran en tratar de vender a la opinión pública que los hasta 100.000 millones de euros de fondos europeos que se concederán a los bancos y cajas - un 10% del PIB de España - no tendrán la más mínima consecuencia para el conjunto de la población. “No habrá ningún tipo de condiciones macroeconómicas o fiscales”, reiteró el ministro de Economía, Luis de Guindos en varias ocasiones durante la rueda de prensa que concedió el sábado.
Sin embargo, el propio Eurogrupo se encargó de desmentir a De Guindos, dejando meridianamente claro que las ayudas a la banca sí tendrán las contrapartidas antisociales que ya han sufrido en países como Grecia, Portugal o Irlanda. El comunicado de los ministros de Finanzas de la zona euro advierte que Europa controlará con mano de hierro que Madrid continúe por “el ·camino de la consolidación fiscal, las reformas estructurales y del mercado de trabajo”. “Revisaremos de cerca y regularmente los progresos en estas áreas, en paralelo con la asistencia financiera”, se afirma en este texto. Este "control" lo realizarán los famosos ‘hombres de negro’. Es decir, funcionarios de la Comisión Europea, el FMI y el BCE que estrecharán la vigilancia sobre España para asegurar que el Gobierno aprieta las tuercas a los ciudadanos con nuevos ajustes y recortes orientados a disminuir el déficit. Así pues, si antes del "rescate" la supuesta soberanía de España era poco más que una entelequia a la que se aferraban algunos nostálgicos, ahora la UE podrá decidir directamente las líneas básicas de la política económica del Estado. El crédito concedido a España -como en el caso de Grecia, Portugal e Irlanda- se recibe a plazos y si se incumplen las condiciones Bruselas no durará en cerrar el grifo de los euros.
CONTRARREFORMA DE LAS PENSIONES, INCREMENTO DEL IVA, DESPIDO DE FUNCIONARIOS, PRIVATIZACIONES...
La receta que sufrirán los ciudadanos del Estado español para pagar el rescate bancario también es suficientemente conocida. Los planes de ajuste que el gobierno alemán - como representante del gran capital germano - trata de imponer desde hace años a España incluyen las siguientes medidas: Un drástico "adelgazamiento" de las comunidades autónomas; aceleramiento en la aplicación de la contrarreforma de las pensiones; aumento del IVA,recortes a los funcionarios y un endurecimiento de la reforma laboral, con la reducción de las prestaciones por desempleo.
En lo que se respecta a los recortes en la Administración pública, puede considerarse prácticamente segura la congelación de ofertas de nuevas plazas y el recorte de los salarios, a través de reducciones en las pagas extras y en los complementos. No puede descartarse tampoco, de ningún modo, que asistamos en los próximos tiempos a despidos masivos de funcionarios, tal y como ha pasado en los países intervenidos antes que España
El paquete de medidas neoliberales ortodoxas se completaría con privatizaciones, copagos sanitarios y en la Educación, tasas, peajes, etc.
EL CÍRCULO VICIOSO DE LA DEUDA Y LA USURA
Esta política de “recortes” y trasvase de capital hacia las grandes empresas privadas no persigue solamente disminuir el déficit público para cumplir con los objetivos fijados por la UE. Tiene también como objetivo prioritario movilizar fondos para continuar pagando a los acreedores extranjeros de España, entre los que ocupan un lugar privilegiado los bancos alemanes. Ambos objetivos, sin embargo, se tornan prácticamente irrealizables por las mismas características del rescate. La multimillonaria inyección de capital a los bancos y cajas españoles se realizará a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), quien se encargará de distribuir el montante una vez que se conozcan cuáles son las necesidades reales.
Este dinero que Bruselas inyecte en el FROB incrementará la Deuda española, cuyos intereses a su vez computarán como Déficit. A mediados del presente año, y después de pagar intereses por un valor de 28.848 millones de euros, la deuda pasaba del 68,5% al 79,8% del PIB, con una tendencia a continuar incrementándose. Ya antes de tener que hacer frente a la devolución del multimillonario "rescate", el Estado español había entrado en una espiral de la Deuda que le obligará a continuar pidiendo préstamos en los próximos años exclusivamente para pagar los intereses de los préstamos pedidos con anterioridad. Y ello, contando cada vez con menos recursos para privatizar y menos margen para continuar "recortando". Una senda que en el pasado reciente acabó provocando el "vaciamiento" y la quiebra de numerosos países de América Latina, Asia y África.
Ahora, con una recesión económica para la que no se atisban soluciones, la obligación de hacer frente a los pagos adicionales por los intereses de hasta 100.000 millones de euros dibuja un negro panorama ante el cual no es agorero pronosticar, como posibilidad cada vez más factible, que también España acabe sufriendo esta fatal desenlace.
Etiquetas:
CRISIS ECONÓMICA,
GOBIERNO DE ESPAÑA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario