sábado, 2 de junio de 2012
De Guindos infló el saneamiento de Bankia y esa es la causa del terremoto del sector bancario.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
De Guindos infló el saneamiento de Bankia y esa es la causa del terremoto del sector bancario.
Si el rostro es el espejo del alma, no hay más que echar un vistazo durante estos días al álbum de prensa del ministro de Economía, Luis de Guindos, para comprender que la situación económica es de una gravedad extrema. El origen del pecado es Bankia. Los 19.000 millones que precisa su saneamiento conmocionan tanto a la opinión pública como a los mercados internacionales. Como advertimos en esta tribuna la semana pasada, los analistas se preguntan cuánto costará el rescate financiero y si podremos afrontarlo. La respuesta es no. Con esta prima de riesgo no podemos pagarlo. Por eso andan los políticos y los mercados tan soliviantados. Veamos los datos.
Bankia representa aproximadamente el 15 por ciento del sector. Si aplicamos su saneamiento al resto, la cifra necesaria superaría los 100.000 millones, más del 10 por ciento del PIB español. Afortunadamente, esta regla de tres no funciona así, porque en Bankia se provisionó la cartera industrial a valor de mercado; los créditos fiscales, como si la entidad se fuera a mantener en pérdidas durante los próximos 18 años, y se sometió a un test de estrés la cartera no inmobiliaria. En definitiva, la valoración de activos realizada por Goldman Sachsse hizo con criterios heteredoxos, en ocasiones contrarios a las normas europeas.
Las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman pondrán un precio mucho más discreto a las necesidades de saneamiento del resto de las entidades de crédito. Goldman, al parecer, pidió para su cliente alrededor de 25.000 millones y De Guindos la rebajó a 19.000 millones, que junto a la inyección anterior del Estado suman 23.500 millones.
El ministro no regateó lo suficiente. Aceptó una cifra asombrosa, que causó el desplome del sector en lugar de salvarlo como se pretendía. ¿Por qué fue tan condescendiente? Algunos creen que de esa manera pretendía justificar la nacionalización y la expulsión de Rodrigo Rato de la presidencia de la entidad. En mi opinión, pesó sobre todo su intención de que nadie pudiera dudar de la suficiencia del rescate, como así fue.
Recordemos que su segunda reforma financiera, aprobada por el Congreso esta misma semana, fue cuestionada inmediatamente por los analistas internacionales, que la juzgaron insuficiente. De Guindos quería eliminar toda sombra de sospecha y permitió un resultado desproporcionado. La fórmula hubiera sido perfecta hace un par de años, con dinero barato, pero hoy es muy onerosa. El mercado tenía asumidas provisiones de en torno 10.000 millones, pero no del doble.
Poco importa ya si metió la pata o no. Lo importante ahora es qué costará el saneamiento del sector. En fuentes oficiales se estima que los bancos tendrán que añadir a sus provisiones entre 20.000 y 50.000 millones. Una cantidad que para la mitad del sistema financiero está fuera de su alcance.
Economía pretende pagar los nuevos rescates tanto de Bankia, como deCatalunyaCaixa o NovaGalicia Banco con emisiones del Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (Frob). Argumenta que tiene de plazo hasta fin de año y confía, entretanto, en reducir la prima de riesgo para acudir al mercado. Su razonamiento es, además, que la economía española no es la culpable de la prima de riesgo tan alta, sino que es la víctima propiciatoria de la gran batalla abierta contra el euro por parte de los hedge fund. Esta vez lleva razón. Tanto Rajoy, Guindos o la vicepresidenta, SorayaSáenz de Santamaría, han desplegado una intensa agenda internacional esta semana con sus homólogos extranjeros, para que el BCE compre nuestra deuda con el fin de reducir la prima de riesgo. El esquema es ajustes a cambio de apoyo.
La idea fue comprada la semana pasada por el presidente Obama y ésta, por su secretario del Tesoro, Timothy Geithner. Ambos temen perder las elecciones de noviembre a causa del enfriamiento mundial provocado por la crisis del euro. Pero la opinión de Alemania no se mueve ni un ápice, pese a la presión de EEUU. Así lo ratificó su ministro de Economía, Wolfgang Schäuble, a Luis de Guindos esta semana.
Ante la tozudez de Merkel, Rajoy está dispuesto a usar una vía de escape alternativa, ayuda europea para sanear los bancos. El inconveniente es que no puede facilitarse sin intervenir España, a lo que el Gobierno se niega en redondo. Economía logró el apoyo del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para usar una de las líneas del Fondo de Estabilidad Financiera, dotado con 240.000 millones, para las entidades financieras. Pero los alemanes lo bloquearon una vez más.
Merkel daría ese paso, pero exige antes una unión bancaria, con un fondo de garantía de depósitos común. El plan se estudiará en la cumbre europea de finales de junio, sobre las propuestas elaboradas por Bruselas.
¿Por qué esperar a finales de junio? Porque en medio están las elecciones griegas. Una victoria de la izquierda puede dar al traste con el euro y forzar la compra de deuda de países como España e Italia para evitar una fuga de capitales. A partir de ese momento, el BCE no tendría más remedio que mantener durante un largo período su plan deadquisiciones de deuda española e inyectar liquidez a sus bancos, lo que permitiría volver a los mercados. Además, eso provocaría el avance hacia la unión bancaria y fiscal a marchas forzada para disipar las dudas sobre la ruptura del euro. Si Grecia mantiene su ajuste y sigue en la moneda única, España y Alemania tendrán que negociar para alumbrar hacia el mes de julio un rescate de las entidades españolas que lo precisen. Guindos anunció que la batalla del euro se jugará en las próximas semanas. Un aviso a navegantes, de que se ayuda a España o rompemos la baraja. Las opciones son irse del euro o dejar de pagar, como advirtió Montoro. Rajoy parece dispuesto a todo menos a la intervención de España. Es el órdago que se guarda para presentar ante Merkel.
Etiquetas:
CRISIS ECONÓMICA,
GOBIERNO DE ESPAÑA
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