lunes, 27 de mayo de 2013
El proyecto tendría unas pérdidas de 500 millones de euros hasta el 2050
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
CANARIAS SEMANAL
Los multimillonarios recortes aplicados en los presupuestos de todas las administraciones públicas, como consecuencia de la llamada política fiscal de "austeridad" parecían haber paralizado, al menos momentáneamente, la consecución de los proyectos ferroviarios en Tenerife y Gran Canaria. Proyectos vendidos por los responsables políticos que los impulsan como una gran aportación al "desarrollo económico sostenible” del Archipiélago y que, con los datos y las cifras en las manos, se muestran como los más despilfarradores, depredadores e innecesarios de cuantos han impuesto en los últimos años los "constructogobernantes" canarios.
Lejos de tener que ver con algún interés repentino por el “desarrollo sostenible” o las nuevas tecnologías, la apuesta de los partidos institucionales por los trenes puede considerarse un reflejo de su incapacidad para superar el modelo “desarrollista” que ellos mismos impusieron y que condujo a las islas al actual colapso económico. Se trataría, en suma, de continuar una fuga hacia delante en el terreno de la construcción de megainfraestructuras que, con independencia de su utilidad o inutilidad futura, garanticen la continuidad de los beneficios de las empresas adjudicatarias.
En Gran Canaria estaba prevista la construcción de dos líneas ferroviarias. Una de ellas, la que uniría la capital con el municipio de San Bartolomé de Tirajana, además de colonizar nuevos territorios inservibles desde ese momento para cualquier otra actividad, tendría un costo de ejecución de 1.608 millones de euros, más de 267.000 millones de pesetas. Por si esto fuera poco, y según una simulación de explotación hecha pública por el ingeniero y profesor de la ULPGC Roque Calero, el tren acumularía después unas pérdidas de 500 millones de euros hasta el año 2050.
En esta Isla, con el presidente de Nueva Canarias Román Rodríguez como máximo promotor, llegaron incluso a elaborarse la mayoría de los planos de los tramos y estaciones de la obra, justo antes de que la Crisis viniera a frustrar las expectativas de negocio asociadas al tren.
Los políticos de Gran Canaria, sin embargo, no se han resignado aún a que las cosas se queden de esa manera. En marzo de este mismo año el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna, se entrevistaba con el Secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, comunicándole el supuesto interés de un grupo empresarial chino de invertir en la construcción del tren.
Este misma semana, el proyecto del Tren del Sur volvía a ocupar las páginas de los diarios locales, según los cuales el Cabildo confiaría en recibir una auténtica "avalancha" de propuestas por parte de empresas interesadas en acceder a concursos del ferrocarril, por una cuantía total de cinco millones de euros, que deben ser adjudicados y entregados antes del 31 de diciembre de 2014.
Según estas informaciones, los concursos para el diseño de las paradas de Jinámar y Telde ya están convocados y los de electrificación y expropiaciones saldrán en las próximas semanas; por lo que se podrán adjudicar entre octubre y diciembre. El concurso para la adjudicación del montaje de las vías se encontraría actualmente a la espera de un informe de impacto que está elaborando el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, según fuentes del Cabildo.
Casi medio centenar de ingenierías y consultoras, agrupadas en una veintena de UTE, participan ya en la elaboración de los proyectos constructivos del tren, que se han dividido en once estaciones (Santa Catalina, San Telmo, los hospitales del Cono Sur, Jinámar, Telde, Aeropuerto, Carrizal, Arinaga, Vecindario, Playa del Inglés y Meloneras) y los siete tramos del recorrido, además de los talleres y las infraestructuras complementarias.
Según el grupo de Gobierno de la primera institución de la Isla, su objetivo es finalizar todos los proyectos antes del 31 de diciembre de 2014. A partir de entonces se buscará la financiación de las obras. Dado que, con toda seguridad, el Estado no podrá asumir sus compromisos presupuestarios como consecuencia de la política de recortes, el Cabildo se plantea la prefinanciación de empresas privadas.
Solo cabe esperar, por tanto, para saber si finalmente Bravo de Laguna logrará dar un nuevo impulso al megraproyecto con el que el ex presidente del Gobierno con CC, Román Rodríguez, aspiraba a perpetuar su memoria alcanzando la "gloria faraónica”.
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