viernes, 30 de diciembre de 2011
Si a los representantes sindicales que anteponen los intereses de los empleadores a los de los propios trabajadores, se les tilda de “amarillos”, ¿qué apelativo podríamos dar a los que van más allá de todo esto y se ponen del lado del Gobierno?.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
Los trabajadores españoles se están quedando sin sindicatos que los representen y que los defiendan.
Ya no les quedan más que unas organizaciones sindicales minoritarias, con muy poco poder, acorde con su escasa representación en el mundo laboral. Las centrales sindicales mayoritarias, CC OO y la UGT, han renunciado voluntariamente a tan honorable labor y se han puesto del lado del Gobierno a cambio de unos cuantos millones de euros. Algo que les descalifica hasta como personas pues, como reza la frase evangélica, nadie puede servir a dos señores. Si a los representantes sindicales que anteponen los intereses de los empleadores a los de los propios trabajadores, se les tilda de “amarillos”, ¿qué apelativo podríamos dar a los que van más allá de todo esto y se ponen del lado del Gobierno?
Y no son precisamente simples limosnas lo que estas dos organizaciones sindicales se embolsan regularmente año tras año. El Ministerio de Trabajo e Inmigración se ha mostrado sumamente generoso con ellos. Según el Boletín Oficial del Estado del pasado 16 de febrero, los sindicatos recibieron del Ministerio de Trabajo e Inmigración, un suculento regalo de unos 20,3 millones de euros “por la realización de actividades de carácter sindical” y “por su participación en los órganos consultivos del Ministerio de Trabajo e Inmigración, de sus organismos autónomos y de las entidades gestoras de la Seguridad Social”. De esta cantidad, CC OO se ha embolsado 7,4 millones de euros y la UGT 7,3 millones de euros. El resto de las migajas se lo llevaron las centrales sindicales minoritarias.
Esta es una pequeña parte de lo que se han llevado los sindicatos a lo largo del año 2010. El titular del Ministerio ha sido extremadamente magnánimo con estas dos centrales sindicales. Para demostrar esa magnanimidad, ahí está la cifra total que recibieron durante los tres primeros trimestres del pasado año, que asciende, nada más y nada menos, que a 175.685.248 euros. Una cantidad vergonzosamente astronómica, si tenemos en cuenta los recortes salariales y las congelaciones que ha aplicado el Gobierno. A esta cantidad aún tendremos que sumar otros importes significativos, ya que aún faltan los datos de lo que percibieron durante los tres últimos meses del citado año de 2010.
Durante el primer trimestre del pasado año, con cargo al Servicio Público de Empleo, la UGT de Euskadi se llevó ya una partida de 241.380,10 euros por “sus actuaciones de orientación profesional para el empleo y autoempleo”, según se indica en el Boletín Oficial del Estado del día 3 de junio. En el segundo trimestre, este mismo departamento repartió más de 1,5 millones de euros, aunque la mayor parte fue a parar a las federaciones de UGT de Euskadi, Ceuta y Melilla. Fue en el tercer trimestre de 2010 cuando dicho Servicio Público de Empleo repartió la desorbitada cantidad de 153.074.577 euros entre las diversas federaciones y corporaciones de las centrales sindicales, tal y como aparece publicado en el BOE del 10 de diciembre.
A la hora de repartir esta cantidad, como es lógico, son las centrales sindicales de CC OO y la UGT, las que se llevan la mayor parte, dada su representación. La Confederación sindical de CC OO se lleva 12,1 millones de euros para “formación profesional de ocupados”. La Federación de Comercio, Hostelería y Turismo de CC OO se llevó 23 millones de euros. La UGT tampoco se queda atrás. La Federación Estatal de Servicios de la UGT fue gratificada con 21,5 millones de euros, mientras que la de Transportes, Comunicación y Mar, también de la UGT se vio favorecida con 5,1 millones de euros. Hay otras federaciones y confederaciones, de la UGT y de CC OO, que recibieron cantidades de dinero, pero de menor cuantía. Este es también el caso de la Unión Sindical Obrera.
Las centrales sindicales mayoritarias recibieron, además, otros 250.513 euros de la Dirección General de la Economía Social, del Trabajo Autónomo y de la Responsabilidad Social, tal como indica el BOE del pasado 12 de octubre. Dinero que se destina a la financiación de varios proyectos e informes sobre responsabilidad social en las empresas. Entre dichos informes, destaca la “elaboración, edición y distribución de la guía de trabajadores autónomos del sindicato” de CC OO. Y, como no, la Dirección General de la Ciudadanía Española en el Exterior, dentro del “Programa de proyectos e investigación” del segundo trimestre de 2010, se descolgó igualmente con otros 262.000 euros para la UGT y CC OO, que se repartieron de la siguiente manera: 67.000 euros para la Federación Agroalimentaria de la UGT; 100.000 euros se los llevó la Fundación Francisco Largo Caballero de UGT y los 95.000 restantes fueron a parar a la Fundación 1º de Mayo de CC OO.
También han recibido alguna que otra ayuda, a lo largo del año 2010, los sindicatos minoritarios, aunque ciertamente a mucha distancia de la UGT y de CC OO. De los sindicatos de segunda línea, la USO y ELA-STV fueron los más favorecidos, que recibieron 524.862 euros el primero y 486.474 euros el segundo. Los demás ya tuvieron que contentarse con pequeñas limosnas. El grueso del dinero destinado a las organizaciones sindicales se lo han llevado las dos centrales mayoritarias, que se han reconvertido, y en vez de dedicarse a la defensa de sus compañeros los trabajadores, pasaron a ejercer prioritariamente de escudo protector del Gobierno.
No habrá dinero para invertir en empresas y en proyectos productivos. Tampoco lo habrá para quitar el hambre a tanto necesitado que, como consecuencia de la mala gestión económica del Gobierno, se han quedado sin recursos materiales para subsistir. Pero si no hay dinero, para repartir entre los sindicatos, se reducen los sueldos de los funcionarios o se saca de las pensiones o de donde haga falta. Lo primero es lo primero. Eso de vivir de sus afiliados se lo dejan para los sindicatos de Alemania, que presumen de la rentabilidad de las empresas en que trabajan. Aquí, teniendo en cuenta que la vida es muy breve, molan mucho más las subvenciones y los puestos de liberados sindicales.
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