viernes, 16 de agosto de 2013
El salario medio de los españoles ya fue en 2012 un 15,34% inferior a la media europea.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
EL ECONOMISTA
La visión económica basada en una econometría de grandes números desenfoca la realidad. No por el hecho de que el PIB de un país crezca se ha de llegar a la conclusión de que su población vive mejor. O dicho en palabras del Nobel Joseph Stiglitz: "Si la economía americana es capaz de producir más bienes y servicios y si, año tras año, la mayoría de los americanos tiene menores ingresos, la economía no está funcionando bien". Lo que le lleva a concluir que el PIB per cápita no es una medida de la salud económica de un país. O dicho de otra manera: el bienestar de una cierta mayoría no significa nada si son muchos los que pasan penalidades.
Lo anterior viene a cuento de las recomendaciones hechas a primeros de agosto por el FMI, que ha sugerido bajar un 10% la masa salarial en nuestro país. Sugerencia a la que se sumó con ardor el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Unión Europea, Olli Rehn. Según ellos, con tal medida la economía española crecería alrededor de un 5% y se aliviaría la carga del desempleo. La polémica, como es natural, se ha abierto también a nivel local, con ciertos economistas apoyando la idea y, siguiendo los presupuestos del FMI, recomendando incluso unos nuevos Pactos de la Moncloa para llevar a cabo dicha reducción salarial. Otros, los menos, se han mantenido cautos. Sólo la clase política se ha unido en contra de tal sugerencia. Ni que decir tiene que nadie ha sustentado sus argumentos con datos dignos de consideración. Lo que dice mucho de la crisis que sufre la economía política en nuestros días, donde las propuestas se sustentan o refutan con simples opiniones.
La realidad, sin embargo, es que España ha sido el país europeo que más esfuerzo ha hecho últimamente en la contención de los costes laborales, frenando el dispendio de años anteriores. En concreto, mientras que en la Unión Europea los salarios unitarios se incrementaron un 3,2% en el periodo 2011-2012, España los redujo en un 3,5%. Estando en esa fecha cinco puntos por debajo de la media europea, lo que se ha traducido en un evidente aumento de la productividad. Una circunstancia a la que hay que sumar el hecho de que el salario medio en España fue en 2012 un 15,34% inferior al de la media europea.
El salario medio anual que se sitúa en los 22.790,20 euros, según la última Encuesta de Estructura Salarial del INE actualizada a 3 de diciembre de 2012; siendo el salario más frecuente en España de 16.489,96 euros anuales. Con la circunstancia de que los salarios del sector público son, de media, un 30,8% superiores a los del sector privado; estando el capítulo de directores y gerentes un 145,4% por encima del salario medio, mientras que los profesionales de la hostelería, por ejemplo, se encuentran un 36,8% por debajo.
La encuesta que comentamos tiene además otros datos interesantes, como son los salarios según el tipo de jornada, los diferentes formatos de contratos, o las diferencias salariales entre hombres y mujeres que, para un mismo desempeño, siempre están a favor del varón. Lo que viene a demostrar que tomar decisiones en general sin contemplar los casos particulares puede llevar a enormes injusticias; pues no es lo mismo reducir un 10% el salario de una persona que ingresa 600 euros mensuales, que hacerlo en los que alcanzan los 15.000, por poner dos casos extremos.
Sin embargo, hay más. La crisis económica en España ha sido más dura con los más débiles económicamente: aquellos que tienen menor formación o los que trabajaban en sectores donde la situación es más difícil. Lo que lleva a considerar otro aspecto normalmente olvidado, como es el riesgo de pobreza y marginación social de ciertas personas. A este respecto conviene acudir a otra interesante encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE): la Encuesta de Condiciones de Vida.
La información relativa a las condiciones de vida en España mostradas por el INE en otoño de 2012, deben mover a preocupación. En tal fecha -que daba los datos del año anterior-, el 21,1% de la población española estaba en riesgo de cruzar el umbral de la pobreza. Se trataba, por ejemplo, de aquellas personas que viven solas con 7.355 euros anuales, o esas familias que, con dos adultos y dos menores, ingresan 15.445 euros al año. Lo que llevaba al INE a ofrecer una realidad muy olvidada: que el 25,9% de los jóvenes menores de 16 años están en riesgo de pobreza, o que el 21% de la población entre 16 y 64 años está a las puertas de ese mundo tan difícil. Unas tasas que al considerar las personas en paro, pone al 35,8% de este colectivo en riesgo de marginación. Ofreciendo, además, el dato de que el 40% de los hogares españoles no tiene capacidad para afrontar gastos económicos imprevistos.
Cuando se está sentado en un cómodo sillón, sin otra visión que la perspectiva que dan los números de un globo terráqueo de sobremesa, se pueden llegar a las conclusiones propuestas por el FMI. Otro tema es mirar a la población de un país, y en este caso a la nuestra, con el prisma que dan las dificultades individuales. Desde aquí el panorama es distinto. Y ésta es la responsabilidad que tienen los que dirigen la política económica: velar por los que más dificultades sufren.
Eduardo Olier, presidente del Instituto Choiseul España
Etiquetas:
GOBIERNO DE ESPAÑA,
REFORMA LABORAL,
SALARIOS
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