martes, 20 de agosto de 2013
Analizamos algunos de los mitos más recurrentes al respecto del gasto de combustible de los automóviles y definimos en qué medida se cumplen en la vida real.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
EL ECONOMISTA
Las marcas cada vez anuncian consumos más reducidos para sus nuevos modelos. Pero cualquiera puede comprobar que las cifras declaradas jamás se corresponden con la realidad. ¿Por qué ocurre esto? Analizamos algunos de los mitos más recurrentes al respecto del gasto de combustible de los automóviles y definimos en qué medida se cumplen en la vida real. Información facilitada por Autofácil.es.
1.- Carrefour, la gasolina más barata
Las estaciones de servicio integradas en supermercados -como E. Leclerc, Alcampo o Eroski- son más asequibles que las de las grandes petroleras -respecto a éstas, ofrecen precios entre 3 y 5 céntimos más baratos por litro de carburante-. Sin embargo, según los datos que aparecen en la web del Ministerio de Industria, en la mayoría de los casos los precios más baratos los ofrecen las gasolineras 'blancas' -las que pertenecen a particulares o pequeñas empresas. Todas ellas venden el carburante entre 5 y 10 céntimos/litro más barato que las estaciones de servicio de las grandes petroleras.
2.- Al circular sin acelerar, se consume menos en punto muerto que con una marcha engranada
Cuando circula sin acelerar, pero con una marcha engranada, son las ruedas las que hacen funcionar al motor y no al revés, por lo que el consumo de su coche resulta prácticamente nulo. Sin embargo, al circular en punto muerto, sí se produce un pequeño gasto de carburante: el del propio motor para mantenerse en marcha. Además, tenga en cuenta que conducir en punto muerto es mucho más inseguro, pues el control sobre el vehículo es casi nulo -no cuenta con el freno motor-. Las leyendas urbanas sobre la mecánica de los coches.
3.- Con el aire acondicionado se consume más que llevando las ventanillas bajadas
La teoría dice que, a partir de unos 70 km/h, un coche consume más circulando con las ventanillas bajadas que con el aire acondicionado conectado: esto se debe a que el freno aerodinámico que provoca el aire al entrar por las ventanillas consume más energía de la que necesita para funcionar el aire acondicionado.
Sin embargo, en la práctica se consume más con el aire acondicionado conectado que con las ventanillas bajadas. Eso sí, la diferencia es tan pequeña que, por ejemplo, viajar de Madrid a Málaga, apenas le supondrá un gasto de 1,5 euros de más. Por otro lado, si lleva el aire, viajará con más comodidad y seguridad: evitará la entrada de insectos que puedan distraerle, el viento desestabilizará menos su coche y, además, varios estudios han demostrado que un conductor que viaje con una temperatura de unos 35ºC pierde los mismos reflejos que si hubiera bebido dos cervezas.
Por último, debe saber que la diferencia de consumo entre conectar el aire y abrir las ventanillas disminuye conforme aumenta la velocidad; por eso, circulando a 120 km/h, lo más probable es que el coche consuma más con las ventanillas bajadas.
4.- El consumo aumenta por dejar el coche aparcado al sol
Es cierto, aunque con matices. Si deja aparcado el coche al sol en verano, cuando quiera volver a utilizarlo necesitará refrigerar el interior y, para ello, tendrá que conectar durante más tiempo -y con mayor intensidad- el aire acondicionado o circular durante un rato con las ventanillas bajadas. Ambas cosas aumentan el consumo en torno a un 5%.
5.- El aire acondicionado incrementa más el consumo que la calefacción
En este caso, sí se cumple la premisa. Mientras que la calefacción simplemente canaliza parte del calor que genera el propio motor para calentar el habitáculo -en frío, algunos emplean pequeños calefactores, como en el caso de los coches eléctricos-, el aire acondicionado -o el climatizador- requiere que el motor realice un esfuerzo 'extra' para accionar un compresor, lo que lleva aparejado un mayor consumo. Por eso, mientras que llevar puesta la calefacción supone un incremento del consumo prácticamente inapreciable -similar al de poner las luces-, el aire acondicionado repercute en un aumento medio del 6% en el gasto de combustible -de entre un 2 y un 4% si su coche dispone de climatizador automático-.
6.- El indicador que aconseja la marcha en la que hay que circular ayuda a reducir el consumo de carburante
Si sigue sus indicaciones, conseguirá mantener el motor en el régimen de revoluciones en el que el gasto de combustible es más bajo. Eso sí, circular tan 'bajo de revoluciones' puede provocar, a largo plazo, averías en el motor -desde 200 euros- y provocar situaciones de riesgo -por ejemplo, que necesites más tiempo para adelantar-.
7.- Llevar peso de forma innecesaria aumenta el consumo de carburante
Muchos conductores acostumbran a transportar en el maletero objetos que no necesitan habitualmente, como una bolsa de deportes, enseres, etcétera. Transportar 25 kilos extra supone para tu coche una diferencia casi inapreciable pero el incremento en el gasto de combustible que produce es superior al de llevar las luces encendidas.
8.- Los híbridos y los eléctricos son los coches que menos consumen
Es verdad que el consumo de carburante de los eléctricos es nulo, y que, con ellos, recorrer 100 km cuesta menos de la mitad que hacerlo con un coche con motor de combustión -diésel o gasolina-. Sin embargo, según indica un estudio de la empresa derenting LeasePlan, los vehículos eléctricos son los menos rentables de todos durante su vida media, debido a su muy elevado precio de partida -por ejemplo, un Nissan Leaf de 109 CV cuesta desde 24.000 euros, mientras que un Renault Mégane 1.2 TCe 115 CV gasolina lo podrá adquirir desde 17.000 euros-, algo que los hace poco recomendables.
De hecho, LeasePlan afirma que, teniendo en cuenta todos los gastos que requiere un coche durante el primer año -seguros, impuestos, carburante o electricidad...- y pese a su inferior consumo, un eléctrico resulta, al final ¡¡hasta 16.000 euros más caro que un híbrido!! En cuanto a los híbridos, el informe concluye que sólo son recomendables cuando el 95% de los trayectos que realicen sus conductores sean urbanos; de lo contrario, un gasolina o un diésel resultan más interesantes.
9.- Circular con las luces encendidas aumenta el consumo de carburante
Todo aquello que suponga un gasto de energía se traduce en un mayor consumo de carburante. Sin embargo, el incremento en este caso es muy bajo: no llega a 0,1 l/100 km en el caso de unos faros halógenos tradicionales o de xenón, y es casi inapreciable si su vehículo dispone de unas luces de día con tecnología LED.
10.- Un coche 'fuera de punto' consume más carburante que uno perfectamente mantenido
Cuando un motor no está bien mantenido, su rendimiento empeora y, por ello, su consumo aumenta. Ocurre, especialmente, por no sustituir el filtro de aire o las bujías, por no comprobar las presiones de los neumáticos... Consulte el manual de usuario de su coche y respete sus indicaciones porque no seguir el plan de mantenimiento de tu vehículo puede aumentar su consumo medio hasta en ¡un 20%! Cómo poner su coche a punto sin salir de casa.
11.- El Stop/Start reduce el consumo
Según los expertos, el Stop/Start -sistema que desconecta automáticamente el motor durante las detenciones, por ejemplo, en los semáforos- consigue reducir el consumo siempre que el propulsor se mantenga apagado, al menos, durante seis segundos. Sin embargo, en la práctica no todo es tan positivo: sólo apreciará un ligero descenso con este sistema -será difícil que pase de 0,2 l/100 km- si circula mucho por ciudad, algo que no compensa el mayor precio de las baterías de estos coches -desde 300 euros frente a los 90 de una batería convencional-.
Además, tenga en cuenta que el Stop/Start sólo actuará en caso de que la batería esté cargada al completo, si no tiene conectados muchos sistemas eléctricos -climatizador, radio, GPS- y que, durante el tiempo que el motor esté parado, dejará de funcionar el sistema de aire acondicionado.
12.- Reprogramar la centralita electrónica del motor ayuda a reducir el consumo
Esto es cierto, pero siempre y cuando se realice una reprogramación específica para reducir el consumo. Este tipo de operaciones no suele aumentar la potencia -como mucho, podrá extraer de tu motor 4 o 5 CV 'extra'-, pero 'adaptan' la respuesta del motor a tu tipo de conducción para reducir el gasto de carburante. Eso sí, el consumo disminuirá, en el mejor de los casos, un 6%. Una de estas reprogramaciones 'de consumo' cuesta una media de 450 euros y sus resultados se aprecian, especialmente, en motores con turbo.
13.- Las tarjetas que ofrecen las petroleras o los hipermercados permiten ahorrar al repostar
Sí, se ahorra, aunque no demasiado: de media, conseguirá un 3% de descuento con cada repostaje -unos 5 cént./litro; 3 euros en un depósito de 60 litros-. De cualquier forma, y si siempre reposta en las mismas estaciones de servicio, sí resulta interesante que solicite cualquiera de las tarjetas gratuitas de las distintas petroleras. Las mejores tarjetas para ahorrar a la hora de repostar.
Entonces, ¿son una referencia válida los datos oficiales de consumo? Sí, pero sólo para hacerse una idea de si un coche consume más que otro. En la práctica, el consumo es siempre mayor, pues las condiciones reales son siempre más exigentes, el sistema de climatización suele ir conectado, depende del tipo de conducción, de la climatología, del tráfico...
Etiquetas:
AUTOMOVILES,
GASOLINA
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