Buena parte del pueblo identifica al conjunto de la izquierda con aquellas políticas, el resultado de esa falsa representación ha operado como una losa sobre el movimiento progresista. En ello reside, en gran medida, el secreto de los logros de la derecha.
La situación cambia radicalmente cuando el sistema entra en crisis y la crisis en metástasis extendiendo sus efectos de una capa a otra de la sociedad. Comienza el viraje, el sistema empieza a ser ampliamente cuestionado en su todo y sus valores se desvanecen en la conciencia social.
Los estrechos compromisos y las ataduras que vinculan a la socialdemocracia gobernante con poderosos sectores de la oligarquía financiera y del gran capital y que se reproducen, a diferentes escalas, a lo largo de todo el Estado, le anularon cualquier margen de reacción y le llevaron de la mano a las políticas neoliberales. Entonces todas las tormentas se acumularon sobre su cabeza y muchos sectores sociales cayeron en la cuenta de que habían confundido la libertad de actuación política del PSOE con el largo de la correa que llevaba atada al pescuezo.
2.- La derrota de la socialdemocracia ha sido expresión y consecuencia de la quiebra de los patrones de un sistema que ha asumido y con el que se han fusionado y enriquecido sus círculos mas influyentes y su alta burocracia que lo ha administrado.
La descomposición del PSOE ya olía. No había rincón del país -o serían las excepciones- donde los hilos que manejaban el partido no estuvieran en las manos de gentes integradas en la clase dominante o de una burocracia que se enriquecía en torno a ella, y le pasó lo peor, perder en la percepción popular lo que no se tenía en la objetividad: la condición de partido necesario.
La tormenta descargó, para el PSOE fueron los truenos, para la derecha la llovida. Pero buena parte de los sectores populares buscan abrigo para su existencia desplazándose decididamente a la izquierda y esto último es lo que define la tendencia que se abre camino. Lo que significa ante todo la nueva situación es la ruptura por la izquierda del bipartidismo -en Canarias del tripartito-.
Por su parte, la izquierda acertó. Aceptando sus deslindes internos, promoviendo con audacia las iniciativas de convergencia -la izquierda plural- y no equivocándose de enemigo -democracia o mercados-. Sin ese movimiento estratégico los espacios abiertos hubieran sido mucho mayores de lo que aún son, otros los hubiesen ocupado y el resultado hubiera sido diferente.
3.- La conjunción entre la grave crisis que atraviesa el sistema y el poder de una derecha que agrupa en su seno a lo más reaccionario y oscurantista de la sociedad pronostica una severa agudización de las políticas antisociales y las restricciones de la democracia en todas las esferas de la vida social.
Con todo, la aritmética electoral y el poder institucional no deciden por si solos el curso de los acontecimientos.
Los grandes movimientos de masas del 2010 y del 2011, y los propios resultados de las elecciones legislativas, han revelado que hay fuerzas para hacer frente con éxito al poder de la derecha. Ello requerirá de muchas cosas, la primera y mas necesaria es articular la unidad de acción de la izquierda y de los movimientos sociales. Ahora se trata de ensanchar la base social y política del campo de la democracia real para la defensa del estado social, por las salidas progresistas a la crisis y la resistencia frente a la reacción.
4.- CANARIAS VERDE Y ROJA ha adquirido un carácter político que trasciende a las formaciones que la componen. Se ha colocado en posiciones óptimas para contribuir con fórmulas diversas y creativas al enlace del amplio campo progresista y facilitar cauces para el tránsito a la izquierda de importantes agrupaciones y corrientes político/sociales muy propensas a ello.
No son pocas las fuerzas progresistas que se han mantenido secuestradas en marcos que ahora se han vuelto a manifestar, de forma clamorosa, no ya como inútiles, sino como contrapuestas a los imperativos que la realidad impone al campo de la democracia.
Importantes segmentos de nuestra gente progresista han permanecido enjaulados, por lealtades históricas de las que decía Freud -por la costumbre-, que no tenían la fuerza de la naturaleza sino diez veces más, por demagogias populistas y nacionalistas de pacotilla cuyos promotores utilizan para abrirse huecos en la casta dominante y ocupar sitio en esa suerte de consejo de administración de subvenciones, licencias, comisiones, contratas, puestos burocráticos bien remunerados... en que han convertido al Gobierno de Canarias.
Han gobernado para la derecha canaria y desde la derecha, con una extrema falta de principios, compartiendo sin reservas las políticas devastadoras del llamado neoliberalismo. Un tripartito de clases y castas parasitarias que tiene en su haber una inmensa responsabilidad en la extrema degradación de todas las esferas de la existencia social de nuestro pueblo y de la sociedad canaria en su conjunto.
Todo indica que aquella influencia con raíces históricas en ámbitos progresistas se ha agotado.
Más de 60.000 votos avalan el patrimonio electoral de la izquierda en Canarias. Ello que tiene de por sí la máxima significación, no es tal vez lo más relevante. Lo trascendente es la tendencia ha converger del conjunto de las corrientes progresistas y de izquierda que configuran la democracia real canaria... Lo importante es que maduran con rapidez las condiciones para fraguar un bloque histórico, de ámbito archipielágico, que dispute la hegemonía a la minoría oligárquica dominante. Eso es lo necesario y ello presupone tomar la iniciativa sin demora para establecer los puentes que lo hagan posible.
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