sábado, 13 de abril de 2013
Navegar demasiado por Internet durante las horas de trabajo puede costar caro, tanto como el despido.
EL ECONOMISTA
Es el precedente asentado en La Rioja, cuando en 2011, un trabajador de la empresa Iman Temporing ETT fue calificado como despedido procedente por pasar demasiado tiempo de su jornada laboral en páginas web ajenas a la labor que desempeñaba.
Y es que aunque en muchas empresas el acceso a determinados sitios webs, o aplicaciones está restringido para evitar que los trabajadores accedan en su horario laboral, en otras muchas compañías siguen estando accesibles ya que las redes sociales o determinados portales online son útiles herramientas de trabajo si se saben aprovechar bien. Pero, ¿cómo se determina cuándo es suficiente?
Las redes sociales se han convertido en el principal lugar de distracción, especialmente Twitter y Facebook. Aunque son muy útiles para recabar y compartir información, de hecho son usadas por el 78% de los internautas españoles, son uno de los principales focos de entretenimiento que provoca precisamente la actualización constante de información.
Ante esto, y con ánimo de corregir la conducta el jefe deberá "advertirle de la situación" al empleado, "haciéndole entender las consecuencias directas que tiene para la empresa y para él mismo", señala Nuria Esparza, directora de servicios de Adecco Office al diarioExpansión.
Esparza insiste en la necesidad de ser conscientes que las consultas que hagan perder tiempo a la labor del trabajador dentro de la empresa se ha de realizar en momentos de descanso, "ya que si se hace un mal uso puede paralizar la actividad del empleado y supone una de las principales distracciones en sus funciones".
Por su parte, otro de los temores de las empresas no es que el empleado pierda el tiempo en otras labores que no son su trabajo, sino en una posible fuga de información confidencial, de hecho, Esparza recalca un aumento de la utilización esporádica del correo electrónico para temas personales.
Ante esto, el director financiero de Page Group, Pablo Sánchez, también ha comentado al diario que algunas compañías han comenzado a tener un servicio especializado de espionaje, aunque según señala no suele ser en casos muy puntuales, pues la imagen que se traslada a los trabajadores es de absoluta desconfianza.
Sin embargo, pese a los posibles excesos que puedan cometer algunos trabajadores, las medidas tomadas por la empresa no suelen ser ni mucho menos tan radicales con el despido inmediato.
El procedimiento que se suele realizar es primero dar un aviso alertando de un incorrecto comportamiento, ante lo que los trabajadores suelen estar más atentos a la hora de aprovechar el tiempo y no va más allá. Sin embargo sí se lleva a cabo el despido cuando tras este aviso el comportamiento no varía.
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