LA HISTORIA DEL SISTEMA CAPITALISTA ES LA HISTORIA DE LAS CRISIS
Escribe Alejandro Nadal que en el imaginario social pervive la creencia de que en una época perdida que habría que recuperar, el capitalismo obtenía buenos resultados. Y es que la historia del capitalismo revela un proceso de continua expansión. Ello ha sido interpretado como una inequívoca señal de éxito. Pero en esa historia hay contenida una abundante sucesión de episodios de contracciones, descalabros y catástrofes. Diríase que la crisis constante ha sido el estado natural del capitalismo.
La lista de crisis y dislocaciones traumáticas en la marcha del capitalismo es densa, y en ella se entrelazan la especulación financiera, la caída en la demanda agregada provocada por recortes salariales, el exceso de capacidad instalada y, por supuesto, las expectativas optimistas de los inversionistas que fueron una y otra vez desmentidas por el mercado.
Según Alejandro Nadal, los períodos gloriosos del sistema son muy endebles. Dejando atrás los siglos XVIII y XIX, en el curso del siglo XX las pruebas de ello son abundantísimas.
No hay pausa para respirar. El capitalismo vive a través de mutaciones patógenas continuas. Es como si se tratara de un enfermo que en momentos de aparente buena salud estuviera preparando los momentos de graves convulsiones. Definitivamente, la visión ingenua sobre el capitalismo debe ir a reposar en el museo de los mitos curiosos. Se desprende una importante tarea política e histórica para la izquierda, la única fuerza capaz de cuestionar las bases del capitalismo.
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