martes, 10 de julio de 2012
En la operación de entrada en Bankia la entidad perdió la totalidad de sus fondos: 429 millones de euros.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
CANARIAS SEMANAL
De los 429 millones de euros anotados en su contabilidad como fondos propios, al cerrarse el ejercicio de 2010, a la desaparición total de su patrimonio. Éste ha sido el catastrófico balance de la integración de la Caja de Canarias en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la sociedad matriz de Bankia.
Tan ruinosa gestión debería ser suficiente para que los responsables de la entidad respondieran de la misma ante los tribunales. Pero los datos que hoy se han podido conocer indican, además, que los miembros del Consejo de Administración de la entidad financiera no fueron unos meros negligentes. Actuaron también de manera conscientemente fraudulenta, falsificando los resultados de la misma para ocultar su verdadera situación financiera. A pequeña escala, el Consejo de la Caja de Canarias actuó, en definitiva, como lo hicieronRodrigo Rato y sus hombres en la "rescatada" Bankia. Guiados unos y otros, en sus respectivos ejercicios de "contabilidad creativa", por el objetivo de captar el mayor número posible de accionistas, aunque para ello hubiera que engañarlos previamente sobre la solvencia del proyecto en el que estaban invirtiendo sus ahorros.
LOS PRIMEROS 200 MILLONES DE EUROS QUE SE "ESFUMARON" AL ENTRAR EN BANKIA
Las "irregularidades" en la integración en Bankia de la Caja de Canarias comenzaron con el mismo proceso y fueron, como podrá comprobar el lector, de auténtico escándalo. Al cerrarse el ejercicio de 2010 la entidad isleña anotó en su contabilidad 429 millones de euroscomo fondos propios. Alrededor de 71.380 millones de pesetas. Apenas unos meses después, la Caja reducía un 45% estos fondos propios. Su patrimonio pasaba así de 429 a tan solo 234 millones de euros. Es decir, que se esfumaron, como por arte de birlibirloque, la friolera de 194,5 millones de euros.
La explicación aportada por los responsables de la Caja de Canarias para justificar esta brutal reducción de lo que, teóricamente, eran sus fondos arroja bastante luz sobre la manera en la que se venía realizando la contabilidad en dicha entidad. En laMemoria de 2010 de la Caja se afirma que la nueva valoración "ha tenido su origen principalmente en el registro por su valor razonable de sus activos y pasivos a 31 de diciembre de 2010 aplicando para ello los mismos criterios, hipótesis y estimaciones aplicados en este sentido por el Grupo [BFA] en la contabilización de la combinación de negocios en las cuentas anuales consolidadas del Grupo".
Argumentación de la que es inevitable inferir, si se admite como válida, que los 429 millones de eurosdeclarados previamente como fondos propios prácticamente duplicaban su "valor razonable" y estaban 194,5 millones de euros por encima de su verdadero valor patrimonial. Que suponían, en suma, una descarada falsificación de las cuentas. Ni los auditores de Ernst & Young, ni el Banco de España pusieron, pese a todo, el más mínimo reparo a las mismas. La cosa, sin embargo, no se iba a quedar ahí.
115 MILLONES DE PÉRDIDAS OCULTADAS CON LA COMPLICIDAD DEL BE Y EL EJECUTIVO REGIONAL
Ante la vertiginosa caída del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), el Consejo de Administración de la Caja de Canarias no tuvo el más mínimo reparo en falsificar las cuentas para ocultar su parte alícuota en estas pérdidas. A cierre del ejercicio pasado, el BFA presentaba unos fondos propios de 1.075 millones de euros. La participación de La Caja era del 2,45%. En valores absolutos, y según las cuentas del propio BFA, la entidad isleña contaba con 26 millones de euros por su participación en la matriz de Bankia. Demasiado poco, según debieron pensar los miembros del Consejo de Administración que a finales de marzo valoraban esa pertenencia al grupo que todavía lideraba Rodrigo Rato en 141 millones. De ese modo, los regidores de La Caja presentaron unos fondos propios de 165 millones de euros, en lugar de los 50 millones que tendrían que haberse anotado.
La operación no pasó desapercibida ni para el Banco de España ni para el Ejecutivo regional de CC-PSOE que, no obstante, prefirieron hacer la vista "gorda", convirtiéndose de este modo en corresponsables del monumental timo financiero. Desde septiembre de 2011, laComisión de Control de La Caja había alertado de la "ausencia de rigor" con que se reflejaba la pérdida de valor de los activos del BFA, del que la entidad canaria formaba parte junto a otras seis cajas.
Por esa razón, el presidente de la entidad Juan Manuel Suárez del Toro - hoy imputado junto a otros 32 consejero de Bankia - recibió el 19 de septiembre del pasado año la solicitud del órgano fiscalizador para la convocatoria de una asamblea general extraordinaria monográfica, que tenía por objeto el “análisis actualizado sobre supuestas irregularidades y deterioro patrimonial de la entidad”. La Ley de Cajas de Ahorros de Canarias daba a Suárez del Toro un plazo de un mes para convocar dicha asamblea. Pero el también presidente deCruz Roja Española, acaso conocedor de la manga ancha con la que se conducía el"negocio", decidió incumplir esa obligación. Siguiendo el protocolo establecido esos casos, laComisión de Control se dirigió entonces al Gobierno autónomo, responsable según la misma ley de convocar la reunión en ese tipo de coyunturas. El Ejecutivo regional prefirió desentenderse del asunto, inhibiéndose en favor del Banco de España. La institución dirigida entonces por Miguel Ángel Fernández Ordoñez, responsable final de las prácticas de las entidades financieras del Estado, hizo otro tanto de lo mismo. Fernández Ordoñez decidió"no tomar medidas inmediatas" contra el presunto fraude, dejando para el momento de la auditoría la discusión sobre el contenido de sus cuentas. El director general del Tesoro, por su parte, estuvo también informado de la decisión del regulador de posponer a la auditoría de las cuentas la discusión de posibles irregularidades.
Las consecuencias de este cúmulo de actuaciones es hoy suficientemente conocida. Finalmente, todo el patrimonio de la Caja de Canarias se ha ido por ese gigantesco sumidero de más de 13.000 millones de euros al que asciende el agujero del Banco Financiero y de Ahorros (BFA).
Etiquetas:
BANCOS,
CRISIS ECONÓMICA,
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