sábado, 19 de mayo de 2012
UN REGISTRO DETECTARÁ CASOS DE FRAUDE A LAS ASEGURADORAS
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
EL ECONOMISTA
La crisis aprieta, y cada vez más usuarios defraudan a su aseguradora para lograr una indemnización. Pero ahora se ha creado un registro de los coches ya dados de baja e indemnizados, para comprobar que no vuelven a asegurarse. Descubra cómo funciona y cuáles son los fraudes más sorprendentes detectados.
Desde 2008, el número de personas que han intentado engañar al seguro para cobrar una indemnización ha crecido un 30%. Para evitar muchos engaños, las compañías de seguros acaban de poner en funcionamiento un registro de los coches ya dados de baja -por haber sufrido un accidente grave, haberse quemado...- y por los que ya han pagado su valor de mercado a sus propietarios. ¿El objetivo? Que, con la documentación del coche en su poder, no los vuelvan a asegurar en otra compañía y reclamen que les vuelvan a indemnizar por haber quedado destrozado.
Y es que la lucha contra el fraude las aseguradoras mueve cada año decenas de millones de euros en detectives, investigaciones, peritos... para evitar pagar de más y, sobre todo, detectar a los pícaros que quieren 'vivir' a costa de las indemnizaciones. De hecho, sólo en 2011, las compañías calculan que, gracias a la detección de los engaños, se ahorraron pérdidas por 233 millones de euros; o lo que es lo mismo, un 61,9 % en indemnizaciones por daños a los automóviles.
Fruto de los estudios que realizan cada año, las compañías de seguros han descubierto que el perfil del defraudador ha cambiado: ya no es el estafador empedernido que se sabía todos los trucos, sino personas que necesitan el dinero en un momento en el que no se da crédito y sufren para llegar a fin de mes.
Tanto es así que, aunque el número de casos de fraudes detectados en el sector del automóvil aumentó en 2011 -95.312 por los 89.248 de 2010-, su proporción con respecto al resto de tipos de seguros ha descendido del 75,3 al 72,8 %. Este dato demuestra que los defraudadores aprovechan cualquier póliza -hogar, vida, accidentes...- para estafar, y no sólo las de automóviles.
De cualquier forma, en el caso de los seguros de coches, la cantidad media defraudada fue de 2.400 euros, según los datos de la Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras (ICEA).
La última idea ha sido la creación del Fichero de Automóviles de Pérdida Total, Robo e Incendios. Su titular es UNESPA, la Asociación Empresarial del Seguro, y a día de hoy se han inscrito en él el 75 % de las aseguradoras españolas.
El sistema consiste en que las aseguradoras inscritas registran en la base de datos a los conductores a los que han indemnizado por la pérdida total de su vehículo -es decir, aquellos que reciben indemnización porque repararlo es más caro que declararlo siniestro total, tras sufrir un accidente-. Así, si alguien se presenta en otra compañía intentando asegurar un vehículo ya indemnizado 'por pérdida total', la aseguradora, ante la mínima sospecha de fraude, puede consultar si el automóvil en cuestión aparece en el registro, y decidir no aceptarlo. Aunque el Fichero de Automóviles de Pérdida Total, Robo e Incendios no está totalmente operativo, UNESPA espera que funcione a pleno rendimiento a principios de 2013, cuando ya se hayan cargado suficientes datos en él.
Pero tal es la picaresca en el mundo de los seguros que ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras) organiza, cada año, un simpático concurso entre todas las compañías, que compiten por llevarse el primer premio presentando los casos de fraude más insólitos que han detectado.
En 2011, la ganadora ha sido Pelayo, con el caso de una trama de abogados, clínicas, talleres, etc., que presentaban reclamaciones de siniestros en distintos juzgados siempre con los mismos datos: la misma lesión -celvicalgia-, los mismos talleres, las mismas situaciones... La estafa afectó a un total de 15 aseguradoras y habían presentado más de cien reclamaciones por siniestros en distintos juzgados de la misma zona, reclamando el pago de sumas astronómicas.
Los casos presentados en otras ediciones del concurso tampoco tienen desperdicio. Está la historia del conductor que atropelló a una persona a la que se indemnizó con 4.800 euros. Estos sujetos descubrieron un filón para ganar dinero y llegaron a simular hasta siete veces el atropello con distintas compañías. En total se repartieron 28.200 euros, pero cuando los atraparon fueron condenados a cuatro años de prisión. En 2004, otro asegurado intentó hacer pasar su accidente mientras corría en un rally como un accidente de circulación, reclamando 6.000 euros a su compañía.
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