EL PRESIDENTE DE LA 1ª INSTITUCIÓN FINANCIERA CANARIA FIRMABA TODO LO QUE "LE PONÍAN DELANTE"

CANARIAS SEMANAL

Este lunes 5 de noviembre declaraba como imputado en la Audiencia Nacional el presidente de la Caja de Canarias José Manuel Suárez del Toro. El primero de los 33 ex miembros delConsejo de Administración de Bankia que tendrán que declarar en el marco del procedimiento iniciado contra los responsables de la entidad bancaria que presidiera Rodrigo Rato. A estos imputados, así como a Bankia y a BFA en calidad de personas jurídicas, se les atribuyen indiciariamente y de forma genérica los delitos de falsificación de cuentas, administración desleal, maquinación para alterar el precio de las cosas y apropiación indebida.

En su declaración ante el tribunal, Suárez del Toro aseguró que él, como el resto de miembros del consejo de Bankia, desconocía las advertencias realizadas por el Banco de España y la auditoría Deloitte sobre la situación real de la entidad cuando en marzo y mayo de este año votaron a favor de reformular las cuentas y solicitar ayudas públicas. La entidad pasó en pocos días de unos beneficios declarados de 305 millones de euros a unas pérdidas de 2.979 millones de euros, lo que le obligó a pedir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ayudas públicas de 19.000 millones de euros.

LOS "TIEMPOS FELICES" EN LO QUE TODO PARECIA SUBIR COMO LA ESPUMA

"Nos enteramos de la situación cuando se propuso el nombramiento de José Ignacio Goirigolzarri como presidente", aseguró el también presidente de Cruz Roja Española.Durante su comparecencia ante el juez, José Manuel Suárez del Toro afirmó que los miembros del consejo de administración se dejaban guiar por los "gestores" de la entidad y votaron a favor de la reformulación de las cuentas (el 28 de marzo de 2012) y del cese de Rato (el 9 de mayo) "sin tener información real" sobre su situación.

LA "CONTABILIDAD CREATIVA" DE BANKIA TAMBIÉN EN LA CAJA DE CANARIAS

La información que hasta el momento se ha podido conocer sobre el proceso a través del cual la Caja de Canarias se integró en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la sociedad matriz de Bankia, no parece acreditar, sin embargo, la justificación de Suárez del Toro basada en su presunta ignorancia.

El pasado mes de julio, el que fuera presidente de la Comisión de Control de la Caja de

Las relaciones de Suárez del toro: la reina, el ciudadano fuera de toda sospecha Miguel Ángel Ramírez y el multimillonario también imputado Rodrigo Rato

Canarias, José Ramón Durán Alday, presentaba en Las Palmas una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción solicitando que se investigara si los miembros del Consejo de Administración entre 2008 y 2012, el presidente Suárez del Toro, los miembros de la Comisión de Control y los directivos de esta entidad habían cometido delitos tales como falsedad contable o alteración del precio de las cosas.

Durán Alday había renunciado a su cargo después de alertar hasta tres veces al Banco de España sobre irregularidades en las cuentas de La Caja. Pero antes de hacer efectiva esta renuncia, en abril de 2011, no solo había alertado inútilmente al responsable de asegurar el correcto funcionamiento del sistema financiero español. Hizo lo propio con el Ejecutivo regional de CC-PSOE. Pero el Gobierno autónomo prefirió hacer también la vista gorda, delegando su responsabilidad, a su vez, en el Banco de España. Y mientras unos y otros miraban oportunamente hacia otro lado, la Caja de Canarias perdió la friolera de 71.380 millones de pesetas en su operación de integración en Bankia, hasta dilapidar completamente su patrimonio.

Al cerrarse el ejercicio de 2010 la entidad isleña anotó en su contabilidad 429 millones de euros como fondos propios. Apenas unos meses después, la Caja reducía un 45% estos fondos propios. Su patrimonio pasaba así de 429 a tan solo 234 millones de euros. Es decir, que se esfumaron, sin que nadie haya sabido explicar satisfactoriamente cómo ocurrió, 194,5 millones de euros. Posteriormente, en un tiempo récord, este capital desaparecía también, engullido por el agujero de Bankia.

Según la denuncia presentada por Durán Alday, los consejeros de la Caja falsearon sus resultados para tratar de ocultar la bancarrota. Pese a los documentos que el ex presidente de la Comisión de Control de la Caja presentó para avalar esta denuncia, apenas dos semanas después de que la presentara la Fiscalía Especial contra la Corrupción y Criminalidad Organizada de Madrid, a la que se había remitido la querella desde Las Palmas, decidía archivarla. La teniente fiscal que decretó dicho archivo lo justificaba en la supuesta ausencia de"hechos que puedan ser objeto de valoración para determinar si presentan indicios de delito y en su caso que fueran competencia" de ese departamento de la Administración de Justicia; así como en la existencia de otra causa admitida a trámite en la Audiencia Nacional.

Los antecedentes de la Justicia española, sin embargo, no permiten ser muy optimistas con respecto a la posibilidad de que los consejeros de Bankia imputados en esta causa, o el propio Rodrigo Rato, rindan finalmente cuentas por una gestión que a todas luces se presenta como fraudulenta y cuyas consecuencias están pagando hoy todos los ciudadanos del Estado. Por lo que quizá no deje de ser una táctica defensa lógica para los imputados la de sostener, como Suárez del Toro, que ellos se limitaron a “votar lo que les indicaban”. Por insultante que pueda resultar esta increíble excusa.