miércoles, 25 de septiembre de 2013
El Comité de Empresa de CC.OO. en el Archipiélago ha hecho pública una denuncia según la cual a consecuencia de la catastrófica gestión económica de la dirección de CCOO en las Islas el sindicato se encuentra en una situación límite, que los denunciantes califican de "insostenible económicamente".
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
CANARIAS SEMANAL
La crisis que afecta a Comisiones Obreras y a UGT continúa abriendo peligrosas fisuras en la estructura de ambos sindicatos. Ya se trata solamente de la dudosa gestión de los fondos sindicales en diferentes autonomías del Estado y de las inconfesables complicidades que las mas altas jerarquías del sindicalismo reformista han mantenido con los sectores de la gran banca como ha sucedido en el caso de Cajamadrid sino que, como era previsible, sus propias bases funcionariales empiezan a cuestionar a las cúpulas que a lo largo de decenios han dominado la direcciones de estos aparatos burocráticos sindicales.
Comisiones Obreras Canarias no es una excepción en cuanto a presuntas irregularidades se refiere. Hace tan sólo unas horas el Comité de Empresa de este sindicato en el Archipiélago ha hecho pública una denuncia según la cual a consecuencia de la catastrófica gestión económica de la dirección de CCOO en las Islas el sindicato se encuentra en una situación límite, que los denunciantes califican de "insostenible económicamente".
Consecuente con esa percepción, el Comité de Empresa del personal asalariado de CC.OO Canarias de la Provincia de Las Palmas ha exigido la dimisión de la Comisión Ejecutiva del sindicato en el Archipiélago. El Comité de Empresa de CCOO no tuvo el más mínimo reparo en calificar a su Secretario General, Juan Jesús Arteaga Lorenzo, como unpésimo e ineficaz gestor de los fondos del sindicato.
UNA CÚPULA SINDICAL INEPTA
En una denuncia que trasmitieron a los medios de comunicación, los integrantes delComité de Empresa denunciaron, igualmente, los constantes incumplimientos de la dirección del sindicato con el personal adscrito al mismo. Estos asalariados de CCOO denuncian que a principios de 2012 se negoció un Expediente de Suspensión Temporal de Empleo (ERTE) que afectaba a 20 trabajadores y que además incluía una reducción salarial por parte del personal. Tras este ERTE, la dirección se comprometió con el Comité de empresa a pagar, a partir de ese momento, los salarios con toda puntualidad. Sin embargo, "a finales de ese mismo año se le adeudaba una nómina a todo el personal más las pagas extras, por lo que se vuelve a negociar con el Comité de Empresa una ampliación del ERTE por 6 meses más". No obstante, la situación en lugar de encontrar vías de salida no ha hecho más que empeorar.
"En abril de 2013 - continua relatando en su comunicado el Comité de Empresa - finalizó la ampliación del ERTE, y el personal sigue sin cobrar sus nóminas y pagas extras, y nuevamente la Organización propone como solución realizar un ERE en el que fueron despedidos 10 trabajadores y que incluía duras reducciones de los derechos de los trabajadores de esta Organización, con importantes recortes salariales. El Comité de Empresa, finalmente procede a la negociación de este ERE contando con la conformidad de la plantilla, aceptando los recortes salariales para evitar más despidos".
Pero la situación real de los asalariados de CCOO no solo no se ha aliviado sino que a día de hoy se les adeudan las nóminas de julio y agosto de 2013, más las pagas extras que les corresponden. La dirección del sindicato ha sido terminante a la hora de dar una respuesta a sus trabajadores: CCOO se encuentra "imposibilitada" para cubrir el pago de esos salarios.
Asimismo, la cúpula sindical ha rechazado rotundamente las propuestas alternativas de los trabajadores orientadas a superar la actual situación. Es por ello por lo que los asalariados deCCOO han instado a la dirección estatal del sindicato a que proceda a iniciar una exhaustiva investigación de la situación económica del sindicato. El Comité de Empresa ha pedido también la dimisión en bloque de la actual Comisión Ejecutiva del sindicato en Canarias por su probada ineficacia y pésima gestión.
Desde el Comité aseguran haber realizado propuestas alternativas para salir del callejón sin salida en el que los han metido. Pero cuentan que sus propuestas han sido sistemáticamente rechazadas por la dirección sindical que hoy encabezan Juan Jesús Arteaga y Antonio Marrero. Es esta razón por la que los trabajadores han exigido la intervención inmediata de la Confederación Sindical de CC.OO Estatal para que, a través de los mecanismos oportunos, realice una investigación de la situación y actúe en consecuencia. Los asalariados de sindicato exigen el pago inmediato de las nóminas y las pagas extras adeudadas.
LA OPACIDAD DE LOS FONDOS SINDICALES NO ES MENOR AL DE OTRAS INSTITUCIONES DEL SISTEMA
Además de la funesta gestión de sus fondos, los dos sindicatos institucionales han sufrido también en el curso de los dos últimos años una auténtica sangría de afiliados. Esta deserción masiva de trabajadores responde no sólo a los efectos de la crisis económica capitalista, sino también a la pérdida progresiva de la confianza de los trabajadores hacia estas dos grandes máquinas burocráticas, sostenidas institucionalmente por el Estado.
En la actualidad menos de un 10% de los trabajadores del estado español están afiliados a los calificados como "sindicatos mayoritarios". Sin embargo, entre los años 2007 y 2009 ambos sindicatos recibieron la friolera de 500 millones de euros a cuenta de las subvenciones estatales, además de aquellos percibidos a través de otras fuentes de ingresos, que permanecen envueltas en la densa nube de la ambigüedad. ¿A dónde va todo ese dinero? ¿Cómo se distribuye? ¿De qué manera se invierte? Se trata de interrogantes que difícilmente podrán obtener respuestas. La administración de los fondos sindicales, al igual que los que gestiona la monarquía juancarlista, las Administraciones públicas, la Iglesia... está herméticamente protegida por la intraspasable opacidad que caracteriza a todo el conjunto del Sistema político postfranquista. Ni más, ni menos.
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