La embarcación de recreo zarpó con normalidad del puerto base de Puerto Rico con la tripulación y con los 26 turistas de diferentes nacionalidades, como la alemana, inglesa, la irlandesa y las escandinavas.
Las llamas se iniciaron en la sala de máquinas, supuestamente, por un cortocircuito. Según diversos testigos, "el fuego se extendió de forma muy rápida en el barco".
El capitán y el marino condujeron a todos los turistas a la proa del barco, después de comprobar que no podían apagar las llamas del incendio. Asimismo, el capitán alertó por radio a la empresa propietaria de Liberty, al tiempo que lo hacía a Sagitarius, el otro barco de la misma compañía que hace excursiones y que en esos momentos estaba por la zona con más de una veintena de turistas.
Un barco pesquero también acudió al lugar para socorrer al Liberty. Mientras Sagitarius arribaba, los ocupantes de la embarcación afectada por el fuego ocupaban una balsa salvavidas. Una turista de nacionalidad polaca que viajaba en Sagitarius, Paulina Chmura, afirmó: "Estábamos tan cerca cuando fuimos a socorrerlos que yo también sentí miedo, con el calor de las llamas. Teníamos miedo que hubiera una explosión", según manifestó.
Respecto a los efectivos, acudieron de forma inmediata una embarcación de Cruz Roja y varias unidades por tierra; un barco de Salvamento Marítimo; un helicóptero de GES; un vehículo de intervención rápida (VIR) y una ambulancia, ambos del SUC, la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil.
La rápida atención en tierra, cuando llegaron todos media hora después a Puerto Rico, ayudó a mitigar el miedo y el nerviosismo que pasaron en esta inusual experiencia vacacional.
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