Con cerca de cinco millones de parados, las alarmas han vuelto a sonar así con fuerza para el empleo y son cada vez más los sectores que advierten que podemos estar ante una nueva oleada de despidos a lo largo del segundo semestre del ejercicico, lo que agravaría aún más nuestra ya delicada situación económica.
Según el último Avance del Mercado Laboral, un informe elaborado periódicamente por Agett, la patronal de las empresas de trabajo temporal, el empleo retrocederá un 1,2 por ciento el próximo mes de septiembre, hasta los 18,3 millones de ocupados. "Cabe esperar un cierre de año negativo para el empleo. Es inevitable un nuevo ajuste en las administraciones públicas y en el sector financiero", concluye el informe.
De momento, las cifras no son ni mucho menos esperanzadoras. Aunque el repunte del turismo en verano verano se multiplican ante la inestabilidad de los países árabes ha dado una tregua al crecimiento del paro, lo cierto es que prácticamente todos los demás indicadores están en rojo.
La actividad industrial, que registró un ascenso hasta marzo del 0,3 por ciento, ha vuelto a tasas negativas en el segundo trimestre de año del 1,5 por ciento; la construcción ha agravado su descenso internaual, cayendo un 8,7 por ciento en el acumulado de los últimos doce meses; y el comercio, otrora locomotora del sistema, sigue con el freno echado y el Índice General del Comercio Minorista recoge de enero a abril una variación negativa del 4,8 por ciento en comparación al mismo periodo de 2010.
Despidos en todos los sectores
Suenan así tambores de ERE (Expediente de Regulación de Empleo) por todo el país. Entre las grandes compañías, que hasta ahora han mantenido más o menos el tipo, una de las primeras en mover ficha ha sido Telefónica, que puso ya en marcha antes del erano un plan para reducir su plantilla española en 6.500 personas -inicialmente eran más de 8.500 trabajadores- durante los próximos tres años.
Tanto la operadora que preside César Alierta como el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, descartaron ya que este ERE tenga ningún coste para el erario público porque Telefónica asume de forma voluntaria el pago de la factura, lo que representará un ahorro al Estado de entre 200 millones y 450 millones de euros, según estimaciones de fuentes sindicales.
Pero no todos los casos van a ser iguales y el problema es que en todos los sectores, en mayor o menor medida, se habla ya abiertamente de despidos. Es lo que ocurrirá, previsiblemente, en la industria pesada, el comercio, los concesionarios de automóviles -otra cosa son los fabricantes, que por ahora dan síntomas de aguantar- o la construcción.
En la industria de las telecomunicaciones, electrónica y nuevas tecnologías, más allá de Telefónica, la situación tampoco invita es de hecho al optimismo. Jesús Banegas, presidente de Amectic, la patronal de esta industria, considera que "estamos en el fondo de la crisis, y el problema es que no veo esperanzas de salir con soltura de la misma".
Banegas tiene muy claro que España tiene un problema que no se arreglará hasta que no se tomen las medidas oportunas. "Hay que ajustar el gasto público y fiscal para dar confianza a los mercados con el objetivo de que fluya el dinero, reducir el déficit, restituir la confianza y tomar medidas que liberalicen el mercado de trabajo, especialmente aquel a tiempo parcial", asegura.
Aunque evita dar cifras y no quiere pecar de pesimista, mientras que esto no se produzca, Banegas tiene claro que "ahora mismo es más fácil que se siga destruyendo empleo durante los próximos meses a que se inicie la senda de la recuperación y se vuelvan a crear puestos de trabajo".
Entre todos los sectores, uno de los que peor lo está pasando es, sin embargo, de la distribución comercial, donde salvo que se produzca un milagro, las previsiones apuntan ya a miles de despidos en lo que queda de ejercicio.
Comercio
Es lo que piensa Manuel García Izquierdo, presidente de la Confederación Española del Comercio, la organización que representa a las pequeñas y medianas empresas "Si el Gobierno no toma decisiones, iremos a peor. La reforma laboral que se ha hecho no sirve absolutamente para nada, el grifo de la financiación sigue cerrado y la presión fiscal puede subir" asegura.
Para García Izquierdo, la destrucción de empresas y el fuerte nivel de paro no hacen sino frenar aún más el consumo y lo peor es que "el comercio acumula ya una caída de ventas del 10 por ciento desde que se inició la crisis en 2008 y son ya más de 200.000 empleos los que se han destruido, a los que habría que sumar otros 40.000 más en lo que queda de año si la situación se mantiene". Y no es un problema sólo del pequeño comercio, sino también de las grandes superficies.
Aunque no hay datos oficiales, si se tienen en cuenta los últimos balances públicos, durante estos casi cuatro años que llevamos ya de crisis, las grandes empresas de distribución podrían haber destruido en conjunto cerca de 30.000 empleos, y aunque en algún caso se apreció un cierto repunte durante el año 2010, todos los datos apuntan a nuevo parón durante este año. El gasto medio de los españoles en la campaña de rebajas de verano habría caído así un 23 por ciento, situándose en 50 euros por persona, el importe más bajo desde la llegada del euro en 2002, según un estudio de la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI).
Los concesionarios de automóviles que operan en España se enfrentan a una situación de "despidos masivos" que podría derivar en la pérdida de 15.000 empleos en lo que queda de año, lo que equivale a cerca del 10 por ciento de su plantilla total, formada por 160.000 trabajadores. La Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto) denuncia que estos establecimientos acumulan un stock innecesario de vehículos por valor de 18.500 millones, lo que genera "importantes" costes financieros que les han trasladado los fabricantes. El presidente de Faconauto, Antonio Romero-Haupold, recuerda además que la distribución ha perdido 32.500 empleos desde el comienzo de la crisis.
Tampoco son demasiado optimitas en Confemetal, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal. En su último informe a la Asamblea, el presidente de la organización, Javier Ferrer, alertó así de que las dificultades para el segundo semestre. Aunque se evita hablar de posibles despidos, Ferrer insistió en que "al tiempo que los mercados internacionales siguen poniendo en duda la solidez de nuestra economía y nuestra capacidad para salir de la crisis, un gobierno inestable y con poca credibilidad, es incapaz de tomar las riendas y sacar adelante medidas y reformas eficaces que permitan recuperar un crecimiento sólido y duradero".
Incluso el ex director de la Oficina Económica de La Moncloa y actual presidente de la patronal de las grandes constructoras (Seopan), David Taguas, ha insistido en la urgencia de hacer reformas. "No sé que más tiene que ocurrir para que en España se adopte un Pacto de Rentas por el que salarios y beneficios empresariales crezcan al ritmo que lo haga la productividad, ¿tres o cuatro tsunamis?", ironizó recientemente en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.
Seopan evita también hablar de posibles despidos en el segundo semestre, aunque extraoficialmente, en el sector sí que reconoce que habrá más recortes, difíciles en cualquier caso de cuantificar. "Es una situación de máxima urgencia, determinada por la tasa de desempleo de España" dijo Taguas que, según recalcó, es ya"la más alta del mundo occidental". Lo peor es que no ve un cambio de ciclo.
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