jueves, 4 de agosto de 2011
Con más de cuatro millones de personas sin empleo, UGT y CC.OO. son el blanco de las críticas de los sindicatos minoritarios, que los acusan de ser rehenes del Gobierno.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
El paro no disminuye. Cuatro millones de personas en España no tienen empleo y nadie puede decir que esta cifra no vaya a aumentar. La economía española sólo crea empleo cuando crece por encima del 2% y este objetivo está muy lejos de alcanzarse. Ante esta situación, los sindicatos trabajan a marchas forzadas, sobre todo los dos mayoritarios, UGT y CC.OO., que son la cara más popular de la lucha sindical española. Ambos dialogan constantemente con el Gobierno para plantear medidas y concensuar soluciones. A pesar de ello su reputación no es del todo halagadora.
Centrales minoritarias, como la Confederación General de Trabajadores (CGT), les acusan de no representar adecuadamente su papel dentro de las negociaciones laborales, ya que “cobran honorarios a las empresas por cada trabajador afectado por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE)”. Del mismo modo Sergi Perelló, secretario de la organización Intersindical CSC, plantea que tanto Comisiones como UGT “son sindicatos de acompañamiento, que tienen una gran maquinaria burocrática”.
Al igual que CGT, Perelló resalta que estos sindicatos “se benefician de los recortes de plantilla, gracias a las subvenciones proporcionadas por el mismo Gobierno”. Gonçal Bravo i Reig de la Coordinadora Obrera Sindical (COS) coincide con Perelló. “Las cúpulas de CC.OO. y UGT, simplemente son traidores de la clase trabajadora, no hacen nada más que vender nuestros intereses de clase a la patronal y al gobierno, con tal de mantener sus sillas y privilegios. De hecho en 2009, sólo en ayudas del gobierno central, sin contar las autonómicas y las europeas, los dos sindicatos recibieron más de 193 millones de euros en subvenciones. Que alguien me diga ¿qué pueden hacer ellos por las personas trabajadoras? Cuando no se sabe a dónde han ido a parar esos recursos”.
La eficacia de ambos sindicatos se cuestiona a diario y esto provoca que el descontento se generalice y la afiliación no aumente. En España según el último informe de la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo, menos del 18% de la población se encuentra afiliada. Un nivel muy bajo si lo comparamos con los países nórdicos donde el porcentaje de afiliación supera el 60%. Ante este dato comenta Perelló, que “es necesario que los sindicatos recuperen un papel más reivindicativo, más próximo al trabajador. Ya que es la única vía para retomar la confianza”.
En una línea más tajante, el órgano comunista Acción Proletaria manifiesta que las movilizaciones de los sindicatos son una “tomadura de pelo” ya que llevan más de 30 años haciendo lo mismo. “Firman a cuatro manos todo lo que el Gobierno y la Patronal les piden y luego organizan una jornada de lucha descafeinada que sirve para sembrar el desánimo y la división en las filas de los trabajadores”. El órgano concluye en que la actitud de los sindicatos provoca inevitablemente el desánimo y la desconfianza de los trabajadores.
Los datos de afiliación en España son desalentadores, aunque a raíz de la crisis financiera y de la construcción se ha producido un pequeño aumento. Perelló resalta que “en la Intersindical-CSC desde 2004 han visto como el número de miembros crecía paulatinamente”. Aunque reconoce que a partir de 2008 el ritmo se ha acelerado. A sí mismo comenta que parte de estos “nuevos afiliados” son “emigrantes” tanto de UGT o CC.OO., “ya sea por descontento o por otras razones han buscado una plataforma diferente de representación”. Del mismo modo Gonçal, del COS, comenta que dentro de su sindicato han visto un aumento de aproximadamente 300 personas en un año y medio.
Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras están en el ojo del huracán. Mientras pierden credibilidad, los sindicatos minoritarios proponen medidas de actuación. Desde la Intersindical-CSC por ejemplo, enfatizan, entre otros aspectos, la importancia de reducir los expedientes de regulación, y eliminar las privatizaciones. Dentro del ámbito Catalán subraya que es necesario impulsar un Marco Catalán de Relaciones Laborales y de Protección Social. Con el objetivo de dotar a Cataluña de legislación propia en materia de ocupación, negociación colectiva y protección social. De manera que permita adoptar otras medidas como: la reducción de jornada laboral, eliminación de las horas extras, avanzar la edad de jubilación, realizar políticas efectivas de ocupación, mejorar el sistema de pensiones y dignificar los salarios.
Desde la Coordinadora Obrera Sindical (COS) proponen más honestidad, una mejora en las relaciones con la clase obrera, lo que implica necesariamente conocer sus necesidades. Además, según Gonçal es importante potenciar la solidaridad entre compañeros de clase.
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