lunes, 10 de noviembre de 2014
REFORMA FISCAL
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
EL ECONOMISTA
Cada contribuyente del IRPF se ahorrará una media de 500 euros entre 2015 y 2016 con la rebaja del impuesto que está tramitando en este momento el Parlamento, con lo que su recaudación caerá casi un 13% (un 8,6% en 2015 y un 4,7% en 2016), situando los ingresos del impuesto por debajo del nivel registrado en 2010.
Así consta en un estudio realizado por BBVA Research sobre el impacto de la reforma del IRPF, que entrará en vigor de forma escalonada entre los años 2015 y 2016 y que, según la entidad financiera, tendrá un impacto sobre el PIB del 0,3% el próximo año como consecuencia del impulso de la demanda privada y, por ende, de la actividad.
La rebaja del IRPF, según sus cálculos, supondrá una caída del tipo medio efectivo del impuesto de 2,2 puntos en 2015 y 2016 (1,4 puntos el primer año y 0,8 puntos más el segundo), con lo que se situará en el 16,6%, por debajo del tipo medio que existía en 2010, situado en el 17,2%.
Si se atiende a los tramos de renta y comparándolo con 2010, la reforma del Gobierno reducirá los tipos medios efectivos de los contribuyentes con rentas por debajo de 120.000 euros, incrementándose los de las rentas superiores. Sin embargo, respecto al IRPF de 2014 se observa una rebaja generalizada de todos los tipos efectivos.
BBVA Research afirma que la rebaja del IRPF incrementará la progresividad del impuesto respecto a la situación de 2010, en tanto que aumentará la carga de las rentas más elevadas y reducirá la de las más bajas. En concreto, indica que mientras que en 2010 el 64% de los declarantes tenían una base imponible por debajo de los 12.000 euros y soportaban el 14,4% de la recaudación del impuesto, en 2015 aportarán el 10%.
En la misma línea, los declarantes con rentas superiores a 60.000 euros (un 3,8% del total), que soportaban en 2010 el 33% de la recaudación, pasarán a aportar alrededor del 36% con el nuevo impuesto.
Respecto al gravamen del ahorro, la reforma contempla una escala de tres tramos y establece en el 19% el tipo mínimo en 2016. Para BBVA, hubiera sido "más adecuado" el establecimiento de un tipo único de gravamen para toda la base del ahorro (equivalente al mínimo del 19% propuesto), ya que los tramos restan neutralidad al impuesto e introducen desincentivos para incrementar la capacidad de ahorro.
Por último, afirma que, a pesar de que la rebaja del impuesto será compatible con los compromisos de reducción del déficit de España, advierte de que si no se toman medidas en el futuro que compensen estas caídas, puede introducir "incertidumbre" a largo plazo, en tanto que el proceso de reducción del déficit y de la deuda pública no está terminado.
"La rebaja impositiva es posible en el corto plazo gracias a las mejoras cíclicas que se están observando en los ingresos y gastos públicos. Sin embargo, una vez que se normalicen dichos factores, la economía española se encontrará con una situación de sus finanzas públicas que hará lenta la necesaria reducción del endeudamiento de las administraciones", subraya.
De esta forma, apunta que para que se produzca el proceso de reducción de deuda pública, que superará el 100% del PIB en 2015, las administraciones públicas tendrán que generar superávits continuados, y añade que, dada la ausencia de medidas que compensen la caída de la recaudación asociada a la rebaja impositiva, será inevitable poner en marcha medidas adicionales de consolidación durante los próximos años y hacerlo de manera "inteligente" para minimizar el impacto sobre el crecimiento.
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