sábado, 12 de octubre de 2013
Los sindicatos UGT, CC.OO., sus altos cargos y varios familiares cobraron 22 millones de los ERE.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
EL ECONOMISTA
El último atestado de la Guardia Civil referente a la Operación Heracles II, desarrollada esta semana entre políticos, empresarios y sindicalistas que se enriquecieron ilícitamente con los ERE fraudulentos de Andalucía, reitera la conclusión ya planteada en marzo pasado por la juez Alaya: los sindicatos UGT y CCOO se financiaron de forma irregular en esta comunidad entre 2001 y 2010 mediante su participación en los procesos de despidos y prejubilaciones.
Según un cálculo basado en las investigaciones del instituto armado sobre el dinero que acabó en las arcas de las propias centrales, y los bolsillos de altos y ex altos cargos de ambas y familiares de estos últimos, son al menos 22 millones de dinero público desviado de su fin legítimo.
Como consecuencia, hay ya quince dirigentes y exdirigentes de ambos sindicatos imputados sobre 126 personas imputadas hasta ahora en los ERE, otros nueve aforados señalados como preimputados y hasta 45 posibles imputados más fruto de Heracles II. A ello se suma, además, que la investigación sobre otro posible caso de desvío público, el de las facturas falsas de UGT endosadas a programas de subvenciones de la Junta, también ha recaído en el juzgado de los ERE.
Las consecuencias de esta nueva pieza de la instrucción están aún por llegar, pero el propio sindicato ha tenido que devolver esta semana 25.000 euros defraudados al Gobierno andaluz. Y, mientras, siguen apareciendo nuevas facturas sospechosas tras la investigación interna del sindicato que sólo apunta a "discrepancias habituales" en los conceptos de algunos cobros.
Dos grandes partidas sustentan esa cifra de 22 millones de euros que la Guardia Civil ha conseguido probar hasta ahora. La primera es la que corresponde al dinero recibido directa e indirectamente por Juan Lanzas, el exsindicalista de UGT -afiliado hasta marzo pasado- que junto al exdirector general de Trabajo de la Junta, Francisco Javier Guerrero, está en el centro de la operativa del fraude.
Lanzas acumuló 13,4 millones de los al menos 50 millones que la Junta pagó en sobrecomisiones a las mediadoras de los ERE, las consultoras Vitalia y Uniter. Lo hizo directamente -pagos directos mediante sobres e inclusión de él mismo como intruso en ERE- como a través de sociedades interpuestas controladas por testaferros. Lanzas está encarcelado desde marzo.
El segundo gran bloque de dinero que acabó en los dos sindicatos mayoritarios procede de los pagos que esas dos mismas consultoras hicieron a federaciones concretas de ambos y a empresas integradas en ellos. Vitalia pagó 4,2 millones y Uniter, 3,2 millones. De esos 7,6 millones, UGT recibió 3,4 millones y CCOO el resto. La Guardia Civil, y la juez en un auto de marzo pasado, ya señalaron que no había constancia de los trabajos concretos desarrollados por ambos que justificaran esos ingresos.
El tercer sumando procede del dinero recibido por familiares directos de los sindicalistas imputados, además de algunos sindicalistas como tal, que fueron incluidos como intrusos en los ERE subvencionados. Los de la granadina Dhul -entonces integrada en Nueva Rumasa-, la malagueña Hitemasa o las sevillanas Samec y Saldauto acumulan a nueve intrusos de este tipo que cobraron ilegalmente casi 900.000 euros más.
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