jueves, 13 de septiembre de 2012
"""NOS OCULTABAN TRAS LOS COCHES PARA APORREARNOS"""
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
Canarias Semanal
Con una carga policial contra los estudiantes, que provocó varios heridos de diversa consideración, se inauguró este miércoles 13 de septiembre el curso académico 2012-2013 en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
Los hechos se produjeron en el rectorado de la ULPGC, antes de que diera comienzo el acto de apertura en el que participaron, entre otros, el presidente del Gobierno autónomo Paulino Rivero y el vicepresidente y consejero de Educación José Miguel Pérez. Hasta este lugar se desplazó el colectivo de "Estudiantes Pre Parados" - junto a miembros de la Plataforma en Defensa de la Universidad Pública y la Asamblea Canaria por la Educación- con la intención de expresar su rechazo a la contrarreforma de la Enseñanza pública impulsada por el Gabinete de Mariano Rajoy y aplicada en Canarias por el Ejecutivo regional.
"NOS NEGARON EL ACCESO AL RECTORADO DE FORMA ABSOLUTAMENTE ARBITRARIA"
Asiria Álvarez, una de las estudiantes heridas en la carga policial
La protesta, no obstante, no pudo desarrollarse en el interior del recinto universitario tal y como pretendían los manifestantes, ya que el personal de seguridad negó el acceso al mismo tanto a los estudiantes, como a los profesores y padres que les acompañaban.
"Para este acto de apertura del curso - asegura Guacimara Vera, una de las jóvenes del colectivo estudiantil - se le manda una invitación a todas las personas de la comunidad universitaria. Todos teníamos en nuestro correo la invitación institucional y las llevamos para poder entrar, de manera que estamos en nuestro derecho". "Para impedirnos el paso -añade- dijeron que se había producido un cambio de última hora y era necesario haber confirmado la asistencia para que te dieran una cartulina impresa azul que era la invitación válida; pero nosotros pudimos ver cómo a mucha gente no se le pedía esta cartulina".
"Está muy claro -denuncia Vera - que lo que no querían era dejar pasar a las personas que podían echarle en cara que están haciendo las cosas mal. De hecho a un profesor y otro trabajador de la universidad que lograron colarse los echaron también a empujones en cuanto intentaron desplegar nuestra pancarta".
"LA CARGA POLICIAL SE PRODUJO CUANDO YA HABÍA ENTRADO TODO EL MUNDO"
Tras negárseles el acceso al Paraninfo de la ULPGC, los estudiantes decidieron formar una cadena en los dos accesos del edificio para impedir que las autoridades, tanto políticas como académicas, pudieran entrar. "Nos parecía algo de justicia elemental - afirma otra de las jóvenes-. ¿Por qué algunos miembros de la comunidad universitaria que están defendiendo la Educación no podían entrar y, en cambio, ellos sí?".
Los estudiantes, sin embargo, aseguran que la carga policial no se produjo en ese momento."Cuando llegó la policía - dice uno de ellos - ya había entrado todo el mundo. No pudimos impedirlo. Ya estamos en la acera con la pancarta pitando, no estábamos interrumpiendo el tráfico y fue ahí cuando actuaron. Nos dijeron que no podíamos estar allí porque estamos violando un derecho fundamental, sin especificar cuál era, se pusieron los cascos y el material antidisturbios y pasaron a la acción".
"SI LO QUE EMPLEARON FUE LA 'MÍNIMA FUERZA' NO QUIERO VER CUÁL ES LA MÁXIMA"
Guacimara Vera muestra las secuelas de un porrazo
Según manifestó un portavoz de la Policía Nacional, los agentes de este cuerpo disolvieron la concentración estudiantil "utilizando la mínima fuerza posible, dentro de los límites que marca la Ley de Seguridad Ciudadana". Del mismo modo, la agencia de prensa EFE reportaba que los efectivos del 112 "ofrecieron asistencia sanitaria por cuadros leves a dos personas, trasladas a centros de salud", que "no presentaban contusiones".
Una versión que contrasta con las pruebas físicas y los partes médicos que algunos de los estudiantes nos pudieron mostrar. Asiria Álvarez, otra de las jóvenes del Colectivo de "Pre Parados", sufrió una lesión cervical que la obligará a llevar collarín durante unos quince días y tuvo que ser medicada para paliar los dolores provocados por la intervención policial.
"A otro compañero - recuerdan con indignación contenida - le dieron un golpe en la cabeza, perdió la conciencia y lo trasladaron al hospital, donde le diagnosticaron un traumatismo craneal".
Con un enorme hematoma en uno de sus glúteos para respaldar sus palabras, Guacimara Vera desmiente rotundamente la versión policial. "Es falso que utilizaran la fuerza mínima -sostiene- yo tengo las pruebas en mi cuerpo de un porrazo y otro compañero tiene también las marcas en la espalda. Esas huellas no nos las hicimos nosotros y tenemos los partes médicos que lo demuestran".
Preguntada acerca del momento en el que se produjeron dichas agresiones, la estudiante aporta datos adicionales sobre el modus operandi policial. "Los porrazos nos los dieron a mí y al compañero prácticamente al principio. Empezaron a llevarse a algunos detrás de los coches, los tiraron al suelo, les pusieron las rodillas en el cuello y a uno le provocaron de esta forma una contractura cervical".
"A mí me arrastraron por el pelo y me dieron un porrazo y un puñetazo en la boca, rompiéndome el labio por la parte interior. Si esta es la mínima fuerza posible -concluye Vera - no quiero ver cómo será cuando utilicen la máxima".
Aún convalecientes, dejamos a los estudiantes en su encierro del Campus de Humanidades preparándose para el encuentro que tendrán este mismo jueves con el Consejero de Educación, José Miguel Pérez, y el rector de la ULPGC, José Regidor, después de haberlo solicitado durante meses. Tan cautelosos en cuanto a los posibles resultados de dicha entrevista, como decididos a continuar en su lucha por el derecho a recibir una Educación pública, gratuita y de calidad.
Etiquetas:
POLICÍA.,
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