
jueves, 6 de junio de 2013
Recientemente se ha abierto el plazo para que las ingenierías y consultorías de la isla se presenten a los concursos por un total de 5 millones de euros. Con estos 5 ya iríamos por 24 millones de euros gastados en proyectos para el futuro tren de Gran Canaria.
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
Canarias7

Hace años venimos denunciando desde la federación Fredica, que esta inversión es una ruina. Es la misma obra faraónica sin sentido, tremendamente costosa, derrochadora e inútil que el aeropuerto de Ciudad de Real, del que no hace tanto se despotricaba y servía de ejemplo de los desmanes de la burbuja en la que vivíamos.
Si utilizáramos los 1.500 millones de euros que dicen que es la inversión total (yo no me lo creo, es más), para el transporte en guaguas, podríamos disponer de una flota de guaguas de lujo, con mayores frecuencias, con más recorridos y sin penurias. Podríamos sufragar el coste total de los billetes, de manera que el servicio fuera gratis.
Tímidamente se ha dado a entender que pudieran existir inversores privados que podrían estar interesados en financiar el proyecto. Desde mi condición de empresario y profesional del transporte les aseguro que sólo un loco muy rico sería capaz de invertir, con unas garantías por parte de las Administraciones Públicas que el proyecto empresarial saldrá rentable (de ellos dependerán las subvenciones y el precio del billete). Es decir, sólo volviendo a hipotecarnos con losas muy costosas.
Por cierto, el Ministerio de Fomento suprimirá en la Península 48 líneas ferroviarias ineficientes para ahorrarnos 45 millones de euros al año. En esas líneas los ingresos sólo cubrían de media un 16% de los gastos.
Paralelamente recibimos constantemente noticias sobre las necesidades de nuestros conciudadanos más débiles, sobre las penurias que muchos canarios están padeciendo. Cualquiera que se interese, o incluso se acerque a instituciones, fundaciones y ONG privadas, puede percibir que la situación efectivamente es extrema.
A los jóvenes en paro les conmino a que persistan en abrirse camino, pues si Dios les ha dado salud tienen ese deber. El dinero que gastábamos para mantener el tren de vida irresponsable que llevábamos ahora hay que recuperarlo y esto va a seguir siendo muy duro.
Siento la más profunda compasión por las personas enfermas o mayores. No puedo creer que haya muchas personas que no aspiren a que nuestra sociedad sea solidaria con los más necesitados. El Gobierno de Canarias, los Cabildos y los Ayuntamientos, y así reconocen todos los partidos, velan por la atención de estas personas, distribuyendo los presupuestos disponibles de tal manera que la atención de estas personas sea un hecho y quede garantizada.
El Banco de Alimentos suministra comida incluso a minusválidos y enfermos crónicos, cuando esto es una responsabilidad de las administraciones públicas. ¡No podemos tolerar que aduzcan que no tienen presupuesto para esto!
Últimamente se ha puesto en evidencia que en su búsqueda de recursos para cumplir con su deber muchas instituciones públicas están echando mano de asociaciones benéficas y esto ya es el colmo. Los casi 250.000 euros para La Obra Social de Acogida y Desarrollo que recibirá del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria es insuficiente para cumplir el objetivo del programa ‘Plan General de Intervención con los desfavorecidos’, destinado a mejorar la calidad de vida de las personas sin hogar y en riesgo de exclusión social del municipio.
Me intereso y por tanto me entero con estupor que el Gobierno de Canarias le recorta a Cáritas para 2013 las ayudas en un 63%, afectando a actividades en centros de ayuda a madres embarazadas de recursos limitados y un Centro de Día para madres jóvenes de entre 14 y 30 años con niños de hasta tres años de edad, así como dos pisos de acogida para mujeres en situación de alta vulnerabilidad.
Animo a las patronales (porque el impacto en la economía isleña es brutal), a los sindicatos (pregúntenle a los guagüeros), a las asociaciones ecologistas (el proyecto tiene un impacto ambiental brutal), a los municipios (el menor apoyo a las empresas de guaguas por falta de presupuesto hace que las necesidades de los ciudadanos dejen de ser atendidas), a los padres de familia (seamos responsables de lo que le dejamos a nuestros hijos), … que unamos nuestras voces en contra del disparate de montar un tren en Gran Canaria.
Ha habido demasiadas sentencias por corrupción en muchos concursos de trenes. Espero que la indignación general en España esté resultando demasiado arriesgada para contar con dineros irregulares.
Es preciso que consigamos que se deje de gastar un sólo duro más en el disparate del tren de Gran Canaria y que cunda el ejemplo, pues todavía se está gastando mucho dinero inútilmente que podría ser destinado a obras sociales, de las que los canarios nos sintamos orgullosos.
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