El Gobierno de Canarias y los sindicatos CC.OO. y UGT han anunciado su intención de "relanzar la concertación social en un clima de gran entendimiento mutuo".

"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"

SINDICATOS AMARILLOS PREPARADOS PARA PACTAR MÁS "PAZ SOCIAL" CON GOBIERNO CANARIO Y PATRONAL

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo (i),  los consejeros de Hacienda, Rosa Dávila y  de Presidencia, Aarón Afonso (d), con el secretario general de Comisiones Obreras de Canarias, Carmelo Jorge (2i); el secretario de Política Institucional, Pedro Martínez (3i) y el secretario general de Servicios Públicos de UGT de Canarias, Francisco Bautista (4i)

CANARIAS SEMANAL

Salvo por algunas honrosas excepciones, la creciente necesidad de un sindicalismo combativo con el capital, que defienda realmente los intereses de las clases trabajadoras, no ha  sido suficiente para que éste se desarrolle en el Estado español. Como consecuencia de ello, la práctica de  los  sindicatos amarillos integrados  en el Régimen monárquico del 78 ha continuado imponiéndose. Aunque el estallido de la crisis provocó  un incremento exponencial de los conflictos laborales, en su mayoría estos han sido “gestionados” por estos sindicatos domesticados y absorbidos por el sistema. El modelo de subvención estatal ideado durante la Transición para cooptar a las organizaciones de trabajadores sigue ejerciendo su labor, amortiguando y desactivando el potencial transformador de estas luchas parciales.  

   En Canarias, donde, pese a las manifestaciones grandilocuentes, tampoco los llamados "alternativos" han roto con dicho modelo, asistimos recurrentemente a la renovación del pacto para tratar de sostener una ficticia "paz social", escenificado por los sindicatos mayoritarios, el gobierno y la patronal regional.

   Desde las páginas de este diario digital, ya en el año 2008 informábamos de la firma del llamado Pacto Social por la Economía y el Empleo en Canarias por parte de CC.OO, UGT, el Ejecutivo autonómico y los lobbies empresariales del Archipiélago.

   En abril de 2012 se producía una reedición de ese pacto, presentado a la opinión pública como "imprescindible" para hacer frente a "la situación en la que había quedado la Comunidad Autónoma después de los recortes previstos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE)".

   En marzo de 2014, los dirigentes de CC.OO. y UGT en Canarias, Juan Jesús Arteaga y Gustavo Santana, ratificaban una vez más su alianza con la patronal en un encuentro con los líderes empresariales en el que reclamaban al Gobierno regional, de forma conjunta, que "colaborara y dialogara" con ellos para "crear empleo".

   En el ínterin,  los burócratas de ambas centrales denunciaban  rutinariamente la creciente desigualdad social en el Archipiélago canario o el incremento de las tasas de explotación y precariedad laboral, sin que ello constituyera ningún obstáculo para convertirse una vez más, con sus rúbricas, en cómplices necesarios de las políticas que reproducen esta realidad.

   Por su parte, sindicatos como COBAS-CANARIAS, CGT y CSC, Intersindical Canaria o FSOC pasaban de denunciar los acuerdos como una "traición a los trabajadores" a una incongruente política de "unidad" con CC.OO. y UGT que, hasta la fecha, solo ha logrado retrasar la toma de conciencia de los trabajadores isleños y, con ella, su actual desmovilización.  

   Ahora, una vez más, el Gobierno de Canarias y los sindicatos CC.OO. y UGThan anunciado su intención de  "relanzar la concertación social en un clima de gran entendimiento mutuo", citándose para convocar la mesa general de concertación que dará paso a la negociación de los presupuestos de 2016, sobre todo en empleo y protección social.

   En este caso el "compromiso" se ha alcanzado en un encuentro en el que ha estado presente  el  nuevo presidente del Gobierno de Canarias Fernando Clavijo y, en representación de los dos principales sindicatos amarillos,   elsecretario de Política Institucional de UGT de Canarias, Pedro Martínez Fernández y el reciente elegido secretario general de CCOO Canarias, Carmelo Jorge.

  Jorge, un ex comunista reconvertido a las cómodas y bien pagadas  filas del reformismo institucional, realizó a la prensa presente en el acto las vacuas declaraciones  habituales en este tipo de eventos.

   "Para nosotros  la mesa de protección social y la de empleo son las fundamentales y serán las primeras que deberán ponerse en marcha. Es esencial, por un lado dar cobertura, a las 20.000 ó 25.0000 unidades familiares sin ingreso y por otro ir generando empleo".

   De acuerdo a las palabras de Carmelo Jorge todo lo que habría que conseguir en las Islas es volver a la situación previa al año 2008, como si por aquel entonces Canarias no encabezara ya todos los rankings estatales de pobreza, paro y exclusión social.

   "Hay que reconstruir los mecanismos de redistribución de la riqueza que se han deteriorado con la crisis y en esa línea irán las propuestas de su sindicato que presentarán a partir del 1 de octubre para negociar los presupuestos autonómicos" – manifestó Jorge con total desparpajo.

   Pedro Martínez Fernández, de UGT, pidió que se "impulsen" las mesas de absentismo laboral, sostenibilidad de servicios públicos y prevención de riesgos laborales y la de economía sumergida"

   Y, coherentemente con los intereses corporativos que realmente defienden ambas centrales sindicales, "incidió en la importancia de que se apruebe el reglamento que desarrolla la ley de participación institucional de los agentes sociales, para que se materialice su presencia en sesenta órganos colegiados".

   No es preciso poseer dotes de augur romano para pronosticar que, en los plazos previamente determinados, CC.OO. y UGT volverán aprobar dichos presupuestos, y avalar con su firma las políticas neoliberales que rigen la economía canaria, con independencia  de la situación de necesidad de aquellos a los que presuntamente representan.

   Mucho más difícil resultar aventurar, en cambio, si en un futuro cercano podrá surgir en las islas un sindicalismo verdaderamente alternativo, capaz de modificar la actual correlación de fuerzas en una lucha de clases que continuará recrudeciéndose de aquí en adelante.