lunes, 15 de diciembre de 2014
"COMISIONES OBRERAS HA DEJADO DE SER EL SINDICATO DE LOS TRABAJADORES"
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
CANARIAS SEMANAL
Quim Boix es un ingeniero industrial, histórico sindicalista, y en la actualidad miembro de la dirección de la Federación Sindical Mundial. La biografía política de Boix se remonta a la década de los 60 del pasado siglo, en plena dictadura de Franco. Durante aquellos años, Boix fue delegado de Ingenieros del Sindicato Democrático de Estudiantes de laUniversidad de Barcelona. Por su intensa actividad política fue detenido en varias ocasiones y torturado,
KIM BOIX, DE LA FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL
provocando la primera manifestación de curas católicos que en solidaridad con él tuvo lugar durante el franquismo en la agitada ciudad de Barcelona. Fue condenado por el Tribunal de Orden Público - predecesor de la actual Audiencia Nacional - y privado durante tres años de la posibilidad de estudiar en cualquier Universidad española. Fue enviado a la colonia del Sáhara Occidentalpara realizar el servicio militar.
Militó en el Partido Socialista Unificado de Catalunya, (PSUC),cabiéndole el honor de haber sido portavoz de la mayoría ganadora en esa organización que dio un rotundo no al eurocomunismo propuesto por Santiago Carrillo en el V Congreso de ese partido. Fue, asimismo, miembro del Consejo Federal de CCOO.
Posteriormente asumió el cargo de dirección en el Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC) y fue responsable de relaciones internacionales del Partido Comunista de los Pueblos de España. Su constante lucha en defensa de los intereses de clase de los trabajadores lo llevó a perder frecuentemente su puesto de trabajo. Fue el primer ingeniero del Estado español que presentó una demanda a Magistratura de Trabajo contra una empresa, creando con ello un precedente que serviría para abrir camino a reclamaciones similares. En la actualidad, Boix forma parte del Consejo Presidencial de la potenteFederación Sindical Mundial.
UN SINDICATO EN DESCOMPOSICIÓN
En sus reflexiones acerca de CCOO y su actual deriva reformista, Boix no quiso detenerse en la denuncia de los numerosos casos de corrupción en los que están implicados altos dirigentes de ese sindicato. Pero no eludió, sin embargo, subrayar que no es una casualidad que los dos sucesores del histórico Secretario General Marcelino Camacho - Antonio Gutiérrez y José María Fidalgo - hayan concluido sus lamentables singladuras políticas y biográficas en el PSOE y el PP. Opinó que tales desenlaces no son más que la expresión de su continuado abandono de las posiciones de clase.
Al hacer público su examen sobre la auténtica situación de CC.OO., Boix manifestó que es consciente de que no faltarán personas a las que les parezca que sus afirmaciones son extremadamente contundentes. Sostiene, sin embargo, que son tan ciertas que convierten desgraciadamente en casi irreversible el proceso de descomposición de ese sindicato.
En su relato analítico sobre el momento que atraviesa el sindicato en el que él mismo ocupó un día un puesto en su dirección, Quim Boix parte de un examen comparativo de lo que fueron las bases ideológicas de CC.OO. y las compara con el triste panorama actual de la organización.
Cree que lo fundamental en ese análisis no consiste en discutir desde cuándo dejó de ser el sindicato de los trabajadores, sino tener como referencia qué era CCOO hace medio siglo, en el momento de su fundación, y qué es en la actualidad. Boix precisa, no obstante, que en su demoledora crítica no se está refiriendo a los importantes sectores que componen la base sindical honesta y luchadora del sindicato, sino a sus cuadros dirigentes que son realmente quienes le han proporcionado el carácter reformista que ha ido adquiriendo el sindicato.
Según Boix, CCOO "ya no cumple con los “requisitos definitorios de un sindicato de clase si nos basamos en sus propios documentos fundacionales".
El sindicato, que se formó en el duro fragor de la lucha antifranquista, niega hoy la existencia de la lucha de clases por el simple hecho de no hablar de ella - antes lo hacía siempre - en ninguno de sus documentos congresuales ni tampoco en sus principales resoluciones. Es más, ha incorporado a su “lenguaje oficial” la terminología usada por los enemigos de la clase obrera. Términos como “agentes sociales” son usados para sustituir el concepto de clase social.
"CC.OO. NO ES YA UN SINDICATO DE CLASE"
“CCOO ya no es un sindicato de clase, al no defender a la clase obrera, a los explotados, frente a los reales ataques de su enemigo, la clase empresarial capitalista”, dice Boix.
"Tampoco es no es un sindicato independiente, capaz de ayudar a los asalariados a saber que son explotados y que se les roba la plusvalía de lo que producen. Sus cursos de formación no solo dependen de las subvenciones que dan la UE y los gobiernos burgueses, sino que además sus contenidos no incluyen nada que difiera, en lo fundamental, de la concepción capitalista de la sociedad".
Para este dirigente de la Federación Sindical Mundial, CC.OO. ha dejado de ser de igual forma un sindicato democrático, pues sus dirigentes no respetan las decisiones que toman los trabajadores, afectados por tal o cual conflicto. "En la mayoría de casos ni se consulta la opinión de los afectados (el ejemplo de PANRICO es, entre muchos, uno de los más recientes y dolorosos), y, si se consulta, no se respeta cuando no conviene a los intereses de los dirigentes”.
Cree, igualmente, que CC.OO. ha dejado de ser un sindicato representativo de la clase obrera tras la firma de Pactos Sociales en los que los grandes beneficiarios de los mismos han sido los capitalistas. Boix señala como uno de los casos más escandalosos el recientemente suscrito por la cúpula del sindicato aceptando la nueva rebaja de las pensiones .
Boix mantiene también que CCOO ha dejado de ser un sindicato asambleario. "Las decisiones se toman sin realizar las imprescindibles asambleas de debate y confrontación de argumentos, que es única forma de conseguir que el voto de cada trabajador se realice en base a argumentos contrapuestos".
CCOO ha dejado de ser también un sindicato participativo, pues las propuestas que se llevan a las mesas de negociación se cocinan en los despachos de la alta cúpula dirigente. Esta última no consulta con sus afiliados antes de suscribir sus pactos con los gobiernos del bipartito y con la patronal.
En opinión de Boix, CCOO ha dejado de ser un sindicato unitario, pues no trabaja por la unidad de los diversos sindicatos y transige ante la división de la clase obrera impuesta por la patronal. El dirigente de la Federación Sindical Mundial pone como ejemplo los convenios aceptados por el sindicato - el primero el de Pirelli a finales del siglo pasado - en los que CCOO firma diferencias en las escalas salariales y en otras condiciones laborales, según la antigüedad u otros criterios.
Quim Boix no cree que CCOO sea hoy tampoco un sindicato de lucha, pues se niega a convocar acciones que obliguen a la patronal a ceder frente a las demandas de los trabajadores. En los últimos años – termina diciendo este sindicalista - se ha limitado a convocar acciones más para dejar constancia de su existencia como sindicato, que para forzar un acuerdo útil y beneficioso para la clase obrera.
CCOO ha perdido su carácter de sindicato sociopolítico, al no participar más que esporádicamente y arrastrado por otras organizaciones, en las luchas vecinales, medioambientales, solidarias, u otras, de las que antes era impulsor y fundamental protagonista .
Pero además, según precisa Quim Boix, CCOO ha dejado de ser también un sindicato internacionalista, pues ya no defiende la unidad de la clase obrera más allá de las fronteras de los estados, ni somete a crítica - antes sí lo hacía - las acciones del imperialismo en el mundo. Boix cita como escandaloso ejemplo de ello el apoyo prestado por el sindicato a la Confederación Sindical Internacional - de la que CCOO forma parte - cuando este se solidarizó con la invasión de Libia por OTAN.
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