viernes, 18 de julio de 2014
El sindicato UGT pagaba casi el 100% de sus gastos de personal y estructurales con las subvenciones.
EL ECONOMISTA
El sindicato UGT pagaba casi el 100% de sus gastos de personal y estructurales con las subvenciones que recibía de la Junta de Andalucía para formación, según uno de los testigos que ha declarado por el caso de las facturas falsas.
El testigo, José Miguel G.R., ex trabajador en el departamento de Contabilidad de UGT en Andalucía, declaró a la Guardia Civil que el 100% los gastos de estructura, tales como agua o luz y casi el 100% de los gastos de personal quedaron cargados a distintos programas de formación ocupacional y formación continua.
En concreto, según el testigo, el 40% de los gastos de estructura eran cargados a subvenciones de formación ocupacional, otro 40% a formación continua y el 20% restante a otros programas, en un porcentaje que era siempre fijado por el extesorero de UGT-A Federico Fresneda, ya imputado por el juez.
Estos datos se han conocido hoy, al levantarse el secreto del sumario que mantiene abierto el juez de instrucción 9 de Sevilla y por el que en junio pasado tomó declaración a tres sindicalistas y trece empresarios imputados por emitir facturas falsas para UGT.
Francisco M.A., empleado en el departamento de Contabilidad, afirmó a la Guardia Civil que UGT obligaba a sus proveedores a hacer unos descuentos "que no revertían a favor de la subvención recibida, sino que iban directamente a enriquecer a la organización".
Con el dinero así conseguido se formaba un bote cuyo volumen "fue tal que escandalizaba a todo el mundo" y "los propios trabajadores comentaban entre ellos que esta práctica no podía continuar y que iba a explotar", según la declaración a la que ha tenido acceso Efe.
El porcentaje de este descuento, conocido como "rappel", era de entre el 3% y el 15%, dependiendo del proveedor y "del criterio de Fresneda en cada momento", según este testimonio.
El testigo Roberto Alejandro M.C. declaró por su parte que entró en el departamento de compras de UGT-A en el año 2006 y ya entonces existían unas hojas de cálculo en las que se recogían unos saldos generados por determinados proveedores "de confianza" emitían facturas por servicios "realmente no realizados".
También existían facturas "que eran infladas artificialmente o eran directamente ficticias" y que luego eran utilizadas por el sindicato para justificar determinadas subvenciones, según el testigo.
Precisó que con el "bote" generado por estos fondos, UGT afrontaba gastos "no justificables" como la organización de manifestaciones, los viajes del secretario general "o incluso habitaciones para Cándido Méndez", el líder nacional de UGT.
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