jueves, 7 de diciembre de 2017
El Gobierno de Rajoy reconoce que necesitará otro préstamo para las pensiones de 2018.
El Gobierno admitió ayer, a causa del
retraso en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, que
necesitará de un nuevo préstamo para pagar las pensiones de 2018. La
cuantía, si no hay reformas en el seno del Pacto de Toledo, ascenderá a
unos 18.000 millones de euros según cálculos de este periódico, cantidad
equivalente al abono de las dos pagas extraordinarias de junio y
septiembre de los más de 9,5 millones de pensiones que a día de hoy
dependen del sistema.
Las
necesidades financieras para satisfacer las nóminas ascenderán a más de
127.000 millones de euros, mientras que, en el mejor de los casos, las
cotizaciones, que este año avanzan a un ritmo superior al 5%, dejarán en
las arcas públicas algo menos de 110.000 millones de euros. Un desfase
de entre 15.000 millones y 18.000 millones, que la Autoridad
Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) califica de latente y
que el propio Gobierno reconoce sin ambages (la previsión de este año es
cerrar con un déficit del 1,5% para la Seguridad Social, y ello
teniendo en cuenta que se va a obtener superávit en el pago del
desempleo).
Fuentes
del Ejecutivo, de todas formas, prefieren optar por la cautela para
hablar de cifras. Primero, en el último Consejo de Ministros del año, se
prorrogará el decreto que habilita al Estado a traspasar fondos a la
Seguridad Social. Y después habrá que ver qué sucede, pues los
Presupuestos, cuando lleguen, podrían incluir novedades en torno a la
financiación de la Seguridad Social. Si bien es cierto que no se espera
ninguna medida seria del Pacto de Toledo en el corto plazo, las Cuentas
sí podrían extraer del sistema las bonificaciones a la contratación e
incluir otra serie de retoques para aliviar a la administración que más
quebraderos de cabeza propicia hoy en día.
De ahí que exista cierto optimismo en
torno a la posibilidad de que el préstamo, pese a habilitarse, no se
tenga que utilizar, mezclando esas posibles medidas con el previsible
incremento de la recaudación por cotizaciones. Una versión tal vez
demasiado optimista, teniendo en cuenta que el buen ritmo de las mismas
este año no ha servido para reducir apenas el desvío presupuestario del
sistema.
En
el horizonte, además, existe otro problema: el de la deuda pública. En
un escenario en el que Moncloa se ha comprometido con Bruselas a ir
reduciendo el porcentaje en unos dos puntos anuales, las necesidades
financieras de la Seguridad Social se convierten en un severo problema.
Cabe recordar que el volumen de pasivo
supera los 1,1 billones y sobrepasa de largo el 99% del PIB, siempre al
borde de ese 100% que se contempla con tanta preocupación y que para
algunos supone un límite para garantizar la sostenibilidad financiera
del país.
Etiquetas:
GOBIERNO DE ESPAÑA,
PENSIONES
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