lunes, 23 de enero de 2017
Las centrales amarillas UGT y CCOO reavivan una suerte de nuevo sindicalismo vertical, entrando en una fase de profunda bancarrota moral...
"El catt con la FUERZA DE LA RAZÓN"
CANARIAS SEMANAL
Los sindicatos institucionales, es decir, aquellos que fueron cooptados por el aparado del Estado mediante una jugosa financiación y convertidos en una pieza más del Régimen del 78, han entrado en una fase de profunda bancarrota moral. Sin tener ya nada que ver con las organizaciones combativas que requiere la clase trabajadora para defender sus intereses en el ámbito laboral frente a los intereses empresariales, su aceptación de la "concertación social"los ha conducido, tras décadas de ignominiosas concesiones, a una situación de absoluto desprestigio y subalternidad.
Careciendo ya de margen para realizar simulacros de "negociación" ante las exigencias del gran capital, estas organizaciones, cada día con menos afiliados, escenifican hoy sin ningún rubor su unidad de criterios con la patronal, mientras ésta recrudece la precariedad laboral, incrementa la explotación e imponesalarios de miseria.
En Canarias, aunque las manifestaciones públicas de la alianza entre losprincipales sindicatos amarillos y los lobbies empresariales han sido habituales a lo largo de los últimos años, el grado de acuerdo entre los supuestos"contendientes" no ha dejado de crecer hasta hacer prácticamente imposible encontrar entre ellos diferencias esenciales de criterio.
El último de estos episodios bochornosos tenía lugar la pasada semana, cuando los representantes de CC.OO.-Canarias, UGT; CEOE-Tenerife y laConfederación Canaria de Empresarios (CCE) comparecían públicamente para reclamar al Gobierno regional, al unísono, "políticas activas de empleo unificadas, centralizadas y adecuadamente coordinadas".
El único elemento crítico de la exposición conjunta se dirigió el Ejecutivo canario, por su intención de "dispersar" dichas políticas, atribuyendo más competencias a los Cabildos y otras instituciones locales.
En cuanto al contenido de las mismas, sin embargo, no se expresó ninguna discrepancia entre los representantes sindicales - el secretario general de UGT-Canarias Gustavo Santana, y su homólogo en CC.OO.-Canarias Carmelo Jorge- y los portavoces de las patronales de ambas provincias.
El documento suscrito y presentado por ambas partes persigue, explícitamente, "marcar la sexta concertación social y reforzar el diálogo para "impulsar la economía, la competitividad y el empleo", según expuso elsecretario general de CEOE-Tenerife, Pedro Alfonso.
De izquierda a derecha, los "socios", Carmelo Jorge (CC.OO.), José Cristóbal García (CCE), Pedro Alfonso (CEOE-Tenerife) y Gustavo Santana (UGT)
En el habitual lenguaje tecnocrático utilizado por estas organizaciones, en materia de creación de puestos de trabajo, sindicatos y organizaciones empresariales "instan al Gobierno autonómico a "negociar y recuperar el Plan Integral de Empleo de Canarias", paralizado por el Estado en 2013, identifican distintos ámbitos en los que actuar para "incrementar la competitividad y proponen acordar medidas consensuadas para favorecer la iniciativa empresarial, alternativas para mantener el empleo e iniciativas para crearlo".
La intención de los firmantes es, en suma, que la Administración autonómica se sume a una alianza, con claras reminiscencias del sindicalismo vertical de la dictadura franquista, en el que los intereses de la patronal y los de los asalariados se presentan como coincidentes, contra toda la evidencia que estos últimos deben sufrir cotidianamente en sus puestos de trabajo.
“El Gobierno tendrá que escuchar y unirse a una negociación que supone una amplia garantía de paz social" -afirmó el secretario general de la CCE, José Cristóbal García, dejando meridianamente clara la disposición de quienes firman este pacto.
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